El ciclista español, que ya ganó la octava etapa, rodó como un rayo desde el inicio de la etapa, durante la que recibió en todo momento referencias positivas por parte del director de su equipo, Vicente Belda.

Ya en el primer punto intermedio, Blanco sacaba más de 20 segundos a su máximo rival en la lucha por la etapa y la general, su compatriota Héctor Guerra (ESP, LA-Liberty), tercer clasificado a 33 segundos del líder.

Cualidad de rodador

En el punto kilométrico 24,6, Blanco aventajaba en un minuto y 29 segundos a Guerra y en 15 segundos menos al héroe local, Cándido Barbosa (LA-Liberty), cuarto clasificado a 55 segundos del líder y con un adelanto de dos segundos a la partida sobre el ciclista dirigido por Belda.

La contrarreloj, prácticamente llana, era idónea para que Blanco mostrase su cualidad de rodador y sacase ventaja a sus rivales, aunque las referencias le fueron animando para ganar sin paliativos la etapa y la Vuelta.

Blanco se convirtió así en el cuarto español en ganar la Vuelta a Portugal y se quitó así la espina del quinto puesto logrado en la edición de 2004.