Chile estará en las semifinales de la Copa América, como Argentina, después de ganar a penaltis a la combativa Colombia. Fue un partido en el que los de Reinaldo Rueda superaron adversidades futbolísticas y extrafutbolísticas.

El primer problema que superaron fue llegar tarde al partido. El tráfico de la ciudad de Sao Paulo, uno de los peores del mundo, hizo que tardasen casi dos horas en recorrer los 30 kilómetros desde el hotel de concentración. Al ver que no llegaban, el árbitro argentino Nestor Pitana decidió retrasar el arranque del encuentro 20 minutos.

Fue el colegiado otro de los señalados en el encuentro, aunque esta vez por parte del seleccionador de Colombia, el portugués Carlos Queiroz. El entrenador se quejó amargamente de la actuación arbitral porque fueron los derrotados, pero de igual manera pudo haberlo hecho Rueda.

Justo después del calentamiento, el árbitro y sus asistentes advirtieron que no iban a pitar ningún fuera de juego que cortase una jugada, al menos hasta que acabase el ataque del equipo infractor. Queiroz estalló en la rueda de prensa posterior.

"Los dioses del fútbol han enloquecido. No puede ser que un fuera de juego a 40 metros de la portería se deje seguir. No sabemos si continuar la jugada, si no...", decía. "¡Nos han avisado en el vestuario que cambiaban las normas a 15 minutos de empezar el partido! ¿Qué pasa si un defensor decide hacer una entrada de roja ahí?", se preguntaba, aunque luego asumió que toda la responsabilidad era suya.

No fue la única polémica arbitral, ya que el VAR anuló dos goles a Chile. Uno de ellos, precisamente, por un fuera de juego que el trío arbitral no había visto.