Chema Martínez sueña ser la sorpresa de la maratón y colgarse el oro

  • Correrá la maratón por las calles de Pekín el domingo 24.
  • "Una medalla sería una pasada, pero sueño con el oro".
  • La prueba será durísima por el calor y la humedad.
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Una imagen de Chema Martínez en la Villa Olímpica.
Una imagen de Chema Martínez en la Villa Olímpica.
K. CALVO
Una imagen de Chema Martínez en la Villa Olímpica.

Derribar el muro y vencer. Ésa es la esperanza y el sueño. Vestirse de rojo y colgarse el oro. Es la ilusión de Chema Martínez, que el próximo domingo 24 a primera hora de la mañana (07.30 h en China, 01.30 h en España), el día de la clausura de los Juegos Olímpicos, correrá la maratón por las calles de Pekín.

Aquí parece que el calor y la humedad se soportan mejor, pero será durísimo, algo titánico"
Chema Martínez llegó a China muy optimista. Lo hizo a principios de agosto para aclimatarse al "asfixiante calor y a la humedad". Dos invitados que harán de la prueba una lucha contra los elementos. El hombre contra el tiempo y la distancia. Martínez ya los conoce del mundial del año pasado en Japón. "
Aquí parece que se soporta mejor, pero va a ser durísimo, algo titánico".

Por eso el llamado muro de la maratón puede ser un murazo, la Gran Muralla. Es el momento más exigente de la gran prueba del atletismo (42,195 Km.). El instante en que las piernas, la cabeza y el corazón están punto de explotar.

Buenas sensaciones

Cuando el límite quedó atrás. Cuando ya llevas más de 30 kilómetros a tope el temido muro puede estar ahí. Cuando la palabra meta está grabada en tu última neurona. Es el Everest. La cima que ningún maratoniano quiere ver. Superado, empieza otra competición. Si vas delante, se abren las opciones del triunfo.

Por eso las peticiones de Chema son tan físicas: "Que el cuerpo me responda, hidratarme adecuadamente, repostar en todos los avituallamientos, dormir bien...", especifica. O sea estar "al 100%". De momento se está entrenando cada día mejor. "Tengo muy buenas sensaciones. Cuando llegué, me picó un poco la garganta y ya está. Quizá la contaminación, pero estos últimos días ha llovido y el aire está más limpio".

Y claro está su objetivo. "La verdad es que llegar al final en buena posición estará muy bien. Cuanto más adelante mejor", asegura su lado realista. Y tiene otro. "Ganar una medalla sería una pasada. Sueño con el oro. Dejo volar la imaginación en cada entrenamiento. Me veo ganador. Me digo si hay una sorpresa ¿por qué no voy a ser yo?". Ojalá.

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