Brasil busca su tercera Copa Confederaciones consecutiva y su cuarta total ante España, en el encuentro más esperado. Aunque cabe pensar que España es favorita por ser actual campeona del Mundo y de Europa, la selección dirigida por Luiz Felipe Scolari confía en sus fortalezas para poder coronarse en casa, algo que no logró en la primera ocasión que tuvo: el Mundial de 1950.

Los puntos fuertes de esta selección son dos: el primero, la intensidad, el trabajo y la brega, condiciones impropias de una selección que durante décadas ha sido el exponente del jogo bonito. Aunque cuenta con jugadores de sobrado talento para inventar, en este Brasil todos corren, todos presionan y todos pelean. Scolari prefiere sacrificar la vistosidad a cambio de la presión.

El otro punto fuerte es Neymar. El 10 de Brasil, flamante fichaje del Barcelona, ha marcado tres goles y ha participado en otros tres. Los tantos del jugador de Sao Paulo han llegado de disparos lejanos y uno de ellos de falta directa.

El balón parado, de hecho, ha sido muy productivo para Brasil en esta Confederaciones: dos goles ante Italia y uno ante Uruguay llegaron en jugada tras saque de falta o córner. Otra de las minas donde Brasil saca oro son las bandas, en las figuras del madridista Marcelo y el barcelonista Alves. Tres goles de Brasil han llegado por centros de estos dos jugadores. Y también importante es la presencia de Fred en el ataque: ha metido también tres goles y ha provocado otro.

En cuanto a los tres goles que ha encajado, dos de ellos (Cavani en semifinales y Chiellini en el último partido de la fase de grupos) han sido por errores propios en los rechaces. Sólo el italiano Giaccherini marcó de jugada personal, ganándole la espalda a la defensa.