Alberto Berasategui, exnúmero 7 del ranking mundial, desempeña, por segundo año consecutivo, una labor complicada en el Madrid Open: es el reponsable de relaciones con los tenistas y ha de satisfacer todas sus peticiones y solucionar todos sus problemas.

Preguntan por zonas comerciales, algún campo de golf, restaurantes o entradas para los familiares

"Hay de todo. Los que vienen con su mujer suelen preguntar por algún sitio de estética, una buena zona comercial o un restaurante. También es normal que quieran jugar al golf porque durante el torneo hay muchas horas muertas. En general son personas normales.", comenta el extenista.

Sin embargo, seguro que hay peticiones más raras. "Claro, hay de todo. Por ejemplo, las Williams pidieron que dejaran a sus perros entrar en su hotel porque siempre viajan con ellos. Además, comían pasta en el coche mientras se las llevaba a entrenarse a las pistas de la Caja Mágica".

¿Y el nº1 del mundo, Rafa Nadal, es tan maniático fuera de la pista como dentro? "Rafa lleva un magnífico equipo a su alrededor y se ocupan ellos de todo. Lo único que, según avanza el torneo, Nadal nos suele pedir más entradas porque vienen a verle familiares o amigos", apunta el que fuera finalista de Roland Garros en 1994.

Berasategui asegura que "las chicas son un poquito más maniáticas que los chicos. Por ejemplo, nunca quieren entrenarse juntas y hay que buscarles algún sparring chico. O entrenan con él o con su técnico".

Reconoce, además, que, "en cierta forma, los y las tenistas viven en una burbuja porque queremos que no les falte de nada, que se centren en jugar y que vuelvan al año que viene contentos. Sin embargo, se dan cuenta de que el deporte se les acabará y que, entonces, tendrán que afrontar la vida real".

En la zona de jugadores existen dos salas: una, en la que pueden estar con sus familiares, y otra, en la que están ellos solos y es donde reservan pista para entrenarse o esperan la llamada para jugar. Aquí tienen de todo: frutas, bebidas... Asímismo, disponen de una sala común en la que pueden divertirse jugando al pin pong o al billar.

No obstante, "la zona más exclusiva es el vestuario de los cabezas de serie, en el que solo pueden entrar los 16 seleccionados", señala Berasategui, quien también afirma que "la sala más concurrida y donde pasan más tiempo es en el comedor porque, después de alimentarse, se quedan de tertulia".