"Contra Racing jugó el peor partido de la era Guardiola". Con esas palabras se refería hace unos días Johan Cruyff a este Barça. Para muchos, esa crítica del holandés resultó insólita y algo injusta.

Hoy, unos días después y con el partido de Stuttgart de por medio, esas palabras de Cruyff cobran valor. ¿Es el Barça el mismo que el de hace unos meses? Si nos atenemos a los resultados, podría parecer que sí. Pero si miramos el juego, es evidente que el Barça de Guardiola ha cambiado. Ya sea por la relajación tras haber conseguido lo que nadie o porque sus rivales le han tomado la medida, este nuevo Barça no encandila como lo hacía el de 2009.

Para muestra, un botón. O dos. Los partidos ante Racing y Stuttgart. Entre uno y otro ya lo advirtió el mismo Guardiola (que parece que tiene un sexto sentido), asegurando que jugando como últimamente juega el Barça, no llegarían a los cuartos de la competición europea.

La cuestión es que sus pupilos no le hicieron mucho caso y el martes sobre el césped de Alemania se vio a un Barça indolente y desbordado por un equipo a priori menor. Fue un 'meneo' como hacía mucho tiempo no recibía el campeón de todo. Tal debió ser la bronca de Guardila en el vestuario durante el descanso que lo suyos salieron en la segunda mitad más enchufados que nunca a resolver tal desastre de juego en lo que fue la peor primera parte del Barça de la 'era Guardiola'.

Todas las líneas estuvieron mal. Desde la defensa, con un Puyol descolocado y un Márquez bajo mínimos, hasta el centro del campo (Xavi apenas enlazó con Ibra). Y con todo eso, un Barça desconocido y ausente se vio desbordado a la espera de recibir el primer gol. Tanto que llegó en el 26'. Y pudo ser peor de haber señalado el árbitro dos penaltis claros a favor del Stuttgart.

Tras el descanso, Ibrahimovic puso el empate, oro puro para un Barça que, a falta de buen juego, sigue teniendo la suerte del campeón. Pero Guardiloa no se deja llevar por los resultados: "Tenemos que hacerlo mejor para conseguir títulos".