A punto estuvo de dar la campanada el Copenhague en el Camp Nou. Dos goles de Messi salvaron a un Barça soso, ramplón y con una alarmante falta de definición. Un problema que los de Guardiola llevan arrastrando toda la temporada, y que le han ocasionado más de un disgusto (véase Hércules o Mallorca).

Un problema que desde dentro del club sólo atribuyen a la mala suerte de cara al gol, pero que podría suponer algo más que no se quiere ver: el mal juego de los azulgrana en esta temporada. Guardiola, pese a enmascarar esa cuestión, podría hallar por ese camino la solución a la falta de gol.

Lo cierto es que el Copenhague le tuvo el miécoles contra las cuerdas. Tras el primer gol de Messi, y llevados por la euforia, los azulgrana rozaron en ocasiones el juego brillante. Pero todo eso dio paso en la segunda parte a un juego discontinuo, impropio del equipo culé. Guardiola tuvo que tirar de Xavi e incluso Alves sacó el empate a Bolaños. Preocupante.

Los 75.000 azulgranas del Camp Nou tuvieron que pedir la hora al árbitro ante la insistencia de los daneses. Algo a lo que no estaba acostumbrado el aficionado culé en los últimos años. Pero algo que, por el contrario, se está repitiendo en esta temporada.

El juego de los de Pep no da garantías suficientes como para vivir un partido plácido. Y menos en el Nou Camp, donde ha sufrido mucho este año. El Barça de las dos temporadas anteriores todo lo hacía perfecto, incluso lo más difícil: jugar bien al fútbol. Ahora no es así. Y es por eso que las ocasiones cuestan en llegar. Incluso Villa, el gran fichaje de este verano, está ahora en el centro del debate. Al 'Guaje' la portería se le ha hecho más pequeña y las múltiples ocasiones de gol de las que dispone no es capaz de materializarlas. Sin embargo, Puyol ya ha salido al paso: "No tenemos dudas sobre él".

En cualquier caso, ocasiones de gol sí, pero menos que en temporadas pasadas. Los equipos le han cogido el pulso a los azulgranas y Guardiola tiene que reinventarse una y otra vez para no ver noqueado su juego sobre el tapete. No es un fin de ciclo, pero el Barça -en este caso Pep- debe buscar soluciones. Porque el miércoles era el Copenhague, pero otro día...