Un invento a punto de cumplir 25 años

  • Los Campeonatos del Mundo de atletismo fueron ideados en 1991 por Primo Nebiolo.
  • Osaka celebrará la 11ª edición de esta competición.
  • Nombres como Carl Lewis, Marion Jones o Serguey Bubka fueron estrellas de los Mundiales. En Japón será la hora de Paquillo Fernández, Yelena Isinbayeva o Jeremy Wariner.
  • Especial Mundiales de atletismo Osaka 2007
Jones supera a a la jamaicana Veronica Campbell. (REUTERS)
Jones supera a a la jamaicana Veronica Campbell. (REUTERS)
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Jones supera a a la jamaicana Veronica Campbell. (REUTERS)
Helsinki 1983. El nacimiento de los mundiales

Esta ciudad finlandesa acogió los primeros Campeonatos del Mundo de la historia, invento del entonces presidente de la Federación Internacional de atletismo, el italiano Primo Nebiolo. A Carl Lewis le faltaba un triunfo en una competición mundial para confirmarse. Lo consiguió por partida triple: en 100 m (10.07), salto de longitud (8,37 m) y relevo 4x100 (37.86).

También fueron los mundiales en los que irrumpió un joven pertiguista soviético de 19 años: Sergey Bubka.

Roma 1987. Ben Johnson rompe la barrera de los 9.90 segundos

Setenta mil espectadores abarrotaran el estadio romano el 30 de agosto para asistir a la final del hectómetro, al duelo entre Carl Lewis y Ben Johnson. Lewis hizo la mejor carrera su vida pero tuvo que resignarse al segundo puesto. Johnson, que posteriormente dio positivo por esteroides en los JJ.OO de Seúl 88, había destrozado la barrera de los 9.90 segundos y había inscrito su nombre en el libro de récords con una marca de 9.83.

La final de 100 metros eclipsó los triunfos de Bubka (pértiga), el somalí Abdi Bile (1.500), el marroquí Said Aouita (5.000) y la alemana Silke Gladisch (100 y 200).

Tokio 1991. Powell destronó a Beamon

Los 8,90 metros conseguidos por Bob Beamon en longitud el 18 de octubre de 1968 en el estadio Olímpico de México parecían inalcanzables para un atleta del siglo XX. Carl Lewis saltó 8,91 metros gracias a la ayuda del viento (2,9 m/s), pero fue Mike Powell el que destronó a Beamon 23 años después. El estadounidense saltó 8,95.

Los africanos acapararon todos los triunfos de 400 a 10.000 metros y sólo dejaron para el atletismo local el oro de maratón, que se colgó el japonés Hiromi Taniguchi.

La jamaicana Merlene Ottey volvió a ser víctima del maleficio que parecía perseguirla en las grandes competiciones. Katrin Krabbe, la rubia velocista alemana, se llevó la gloria en 100 y 200 metros y Ottey mantuvo su condición de dama de bronce.

Stuttgart 1993. El viejo Christie y el primer oro de Ottey

Stuttgart, ciudad alemana que acogía los primeros Mundiales del nuevo ciclo -cada dos años-, sirvió de escenario para ver ganar a campeón mundial de velocidad de más edad, el británico Linford Christie, con 32 años, y también para disfrutar del primer triunfo individual de la jamaicana Merlene Ottey en alta competición, con su oro en 200 metros.

En 1.500 metros el argelino Nurredin Morceli saldó la vieja cuenta pendiente que tenía con el español Fermín Cacho, que le había derrotado en la final olímpica de Barcelona.

Además, sobrevoló la amenaza del boicoteo, ya que algunas figuras, particularmente la estadounidenses, demandaban premios en metálico.

Gotemburgo 1995. Edwards demolió el muro de los 18.

Estos mundiales vivieron la explosión de un hombre de profundas convicciones religiosas que años antes, por ese motivo, se negaba a competir en domingo. El británico Jonathan Edwards, en triple salto, llegó en su primer intento hasta 18,16 m y en su segundo hasta 18,29, con lo que rompió por dos veces el récord de Willie Banks (17,97), que ya duraba diez años.

El español Martín Fiz interrumpió con su victoria en maratón la marcha triunfal africana en carreras de medio y largo aliento; el ucraniano Sergey Bubka ganó su quinto título en cinco mundiales.

Atenas 1997. Marion Jones heredera de Florence Griffith

El atletismo femenino se afanaba por encontrar a la heredera de Florence Griffith y en el estadio Olímpico de Atenas la encontró en una ex jugadora de baloncesto de 21 años: la estadounidense Marion Jones, que ganó la final de 100 metros en 10.83 segundos.

El ucraniano Sergey Bubka consiguió con un salto de 6,01, su sexta medalla mundialista en pértiga y el español Abel Antón se impuso en el maratón, seguido de otro español, Martín Fiz.

Sevilla 1999. Michael Johnson alcanza la cima del Olimpo

Michael Johnson aportó un prodigioso récord mundial de 400 metros (43.18) y su novena medalla de oro al proceso de divinización que se le abrió en Sevilla tras superar a otro mito, Carl Lewis, en número de oros mundialistas.

El récord mundial de Johnson eclipsó el de pértiga femenino igualado por la estadounidense Stacy Dragila con un salto de 4,60.

Hicham El Guerruj, ganador de la final de 1.500 más rápida en los anales de la alta competición (3:27.65), Haile Gebreselassie, campeón de 10.000, y el español Abel Antón, el primer atleta que consigue dos títulos mundiales en maratón, dieron brillo al programa masculino.

Yago Lamela fue plata en longitud, superado tan sólo por el cubano Iván Pedroso.

Edmonton 2001. Jones, reina y perdedora

Marion Jones fue la única atleta que regresó de Edmonton con tres medallas pero, a pesar elevar a siete el número de sus metales mundialistas, sufrió una de sus derrotas más dolorosas, precisamente en 100 metros, ante la ucraniana Zhanna Pintusevich.

Entre los hombres el alemán Lars Riedel logró su quinto título en disco; el cubano Iván Pedroso el cuarto en longitud y el marroquí Hicham El Guerruj y el estadounidense Maurice Greene el tercero consecutivo en 1.500 y 100 metros, respectivamente.

El griego Kostadinos Kederis, sorprendente campeón olímpico de 100 metros en Sydney, refrendó su condición de número uno al ganar el título mundial frente a los mejores velocistas de raza negra.

Los Mundiales de Edmonton, los primeros en Norteamérica, inauguraron el milenio deportivo con una competición sin reyes indiscutibles, sin récords mundiales y envuelta en olores a eritropoietina (EPO), el producto de moda entre los deportistas tramposos.

París 2003. La caída del imperio estadounidense

Rusia arrebató a Estados Unidos, por primera vez en 12 años, el primer puesto en la clasificación por puntos de los Mundiales, aun cuando el equipo norteamericano, que perdió su título más preciado, el de 100 metros, aventajó al ruso en el cuadro de medallas.

Los Mundiales de París sólo arrojaron dos plusmarcas universales y las dos en marcha. El ecuatoriano Jefferson Pérez y el polaco Robert Korzeniowski ganaron los 20 y los 50 kilómetros con marcas respectivas de 1h17:21 y 3h36:03.

El joven ruso Yuri Borzakovski ganó los 800 metros al plusmarquista mundial, el danés Wilson Kipketer, un año antes de conquistar el título olímpico en Atenas; Hicham El Guerruj cumplió con el trámite de ganar los 1.500 y Kenenisa Bekele logró su primera corona en 10.000.

Hlesinki 2005. Los EE UU resurgen

El atletismo de Estados Unidos resurgió purificado en los Mundiales de Helsinki con la eclosión de un equipo renovado que, al menos momentáneamente, enterró en medallas (25) el escándalo originado por el caso BALCO.

Los espectadores, que soportaron durante ocho días las inclemencias del tiempo -lluvia, frío y viento- en el viejo estadio Olímpico, pudieron presenciar tres récords mundiales, conseguidos, cronológicamente, por las rusas Olimpiada Ivanova (1h25:41 en 20 km. marcha) y Yelena Isinbayeva (5,01 en pértiga) y la cubana Osleidys Menéndez (71,70 en jabalina).

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