"Llevo 40 años esperando. La final de Champions no me la pierdo y no vendo mi entrada"

Con 71 años, Rafaela vivirá su primera final de Champions como aficionada rojiblanca.
Con 71 años, Rafaela vivirá su primera final de Champions como aficionada rojiblanca.
JORGE PARÍS
Con 71 años, Rafaela vivirá su primera final de Champions como aficionada rojiblanca.

"Desde las 18.00 h de ayer (lunes 5 de mayo) pude ver a gente desde mi terraza haciendo cola", asegura Matilde, una mujer de 90 años que vive desde hace 50 en el Paseo de los Melancólicos, justo enfrente del estadio Vicente Calderón, donde este martes a las 9.00 horas se han puesto a la venta las primeras entradas para la final de Champions que el equipo colchonero disputará el próximo 24 de mayo en Lisboa contra sus vecinos del Real Madrid.

A esa hora comenzaban a venderse las localidades para los más fieles -mínimo 25 años de antigüedad-, y que tuvieran un número de socio abonado entre el 1 y el 3.774.  También para los abonados totales desde el 1 hasta el 6.500. Cada persona podía comprar una entrada por cada abono que portara hasta un máximo de 4 abonos y 4 entradas. Los precios: 70, 160, 280 y 390 euros.

El alojamiento, más que complicado

Ana y Luis han esperado desde las 4.00 h para besar su entrada. "Hemos cogido de las baratas, de 70", comenta ella. "No se nos ha hecho larga la noche. Hemos hablado de deportes, de política, hemos recordado otras finales y nos hemos echado unas risas", recuerda él. Ambos reconocen que irán, con un grupo de otras 15 personas, "a la aventura. No tenemos alojamiento". Ana entra a trabajar a las 15.00 horas y ha comprado su entrada a las 13.30 horas. Luis es autónomo y tendrá que "echar horas extra para recuperar".

A menos de 50 km de Lisboa no quedan casi plazas hoteleras y, las pocas que hay, tienen unos precios que oscilan entre 600 y 1.000 euros.

Rafaela, de 71 años y perteneciente a la Peña Villa de Vallecas, sí tiene claro cómo será su viaje: "Llenaremos un autocar. Saldremos el viernes a las 00.00 y nos volveremos tras el partido. Llevo 40 años esperando. La final no me la pierdo y me da igual no dormir".

La colchonera más joven

En la cola, que rodeaba el estadio desde la madrugada, también se encontraba Paula, quizás la colchonera más joven con solo dos meses. Ella también irá a Lisboa, nos cuenta su madre, Pilar. "Nosotros iremos cinco personas con entrada y dos sin entrada. Mi marido, que es del Barça, se quedará fuera con la niña", comenta.

Paula se llama Paula por su abuela, una aficionada atlética desde hace más de 60 años: "Mis padres me llevaban al Metroplitano de pequeña".  Por supuesto, no se perderá la final.

La familia entera se ha ido alternando desde las 6.00 h en turnos de dos horas y, como casi todos, no han encontrado alojamiento "a menos de 85 km de Lisboa".

Negativas a la reventa

Nada más comprar las entradas, les espera una corte de personas con su propio interés. "Aquí no hay reventa, pero preguntar no ofende a nadie, ¿no?", ha afirmado a 20 minutos una de estos hombres que se ofrecían para adquirir localidades.

Pero según las personas que llevaban más de 15 horas esperando, "aquí les va a ser difícil porque no llegamos a muchas finales de la Champions".

Rafaela, jubilada, también da una negativa por respuesta: "Me iban a ofrecer algo por la entrada, pero ni les he escuchado. No vendo mi entrada". Y la familia de Paula también dice un no rotundo: "No las venderíamos por nada. No hemos vivido nunca nada así y no queremos perdérnoslo".

Solo alguna persona, en toco jocoso, deslizaba un "si medan 3.000 euros...". Las entradas no son nominales, así que la posibilidad de venderla siempre existe.

Entre este martes y el jueves se venderán las 14.000 entradas que pondrá a la venta el Atlético, de las 16.970 que ha recibido. 950 se destinarán a las peñas de España y el extranjero y 13.050 a los socios. El resto de entradas, 2.970 se las queda el club para atender a sus patrocinadores, primera plantilla, fútbol base, exjugadores...

Muy pocas taquillas

La jornada se ha desarrollado con tranquilidad, según ha informado la Policía Municipal, excepto unos momentos de tensión al abrirse las taquillas por una confusión en las listas que se habían confeccionado en la madrugada para mantener el orden de la cola.

La mayor queja de la afición rojiblanca es la escasez de taquillas, que hubiera aligerado sobremanera la espera. "Solo hay cuatro abiertas", lamentaban. "Ha faltado mucha organización", se ha quejado otro grupo de rojiblancos.

A pesar de estos incovenientes, el sentir general de la afición de cara la final es de optimismo con frases como: "Las finales no se juegan, se ganan", "Va a ganar el Atleti y solo pido que el árbitro sea justo", "Esperamos ganar como en la final de Copa del Rey del año pasado", "Lo sé, vamos a ganar, si no, no me hubiera quedado toda la noche aquí".

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