Atenery Hernández: "Levanto pesas y soy igual o más femenina que cualquier chica"

La atleta canaria Atenery Hernández, posando con las tres medallas logradas en los Campeonatos de Europa de halterofilia, disputados en Split (Croacia).
La atleta canaria Atenery Hernández, posando con las tres medallas logradas en los Campeonatos de Europa de halterofilia, disputados en Split (Croacia).
JORGE PARÍS
La atleta canaria Atenery Hernández, posando con las tres medallas logradas en los Campeonatos de Europa de halterofilia, disputados en Split (Croacia).

Sus ojos brillan igual que lo hacen sus tres medallas, que muestra orgullosa. Logró dos platas (en arrancada, con 86 kilos, y en total olímpico, con 191) y un bronce (en dos tiempos, con 105 kilos) en la categoría de 53 kilos —ella pesa 52,65— en los Campeonatos de Europa de halterofilia. Hablar de Atenery Hernández es hacerlo del presente, y sobre todo, del futuro de la halterofilia española. Con 22 años, es el relevo de la que ha abierto el camino a una generación y su referente, Lydia Valentín.

¡Qué alegrón se llevó! ¿Se esperaba esta lluvia de medallas?

No. Hasta que no estás allí no sabes las posibilidades que tienes. Solo sé que estaba muy bien preparada físicamente y en condiciones de luchar por algo grande.

¿Tenía otras sensaciones respectos a campeonatos pasados?

Sabía que podía quedar mucho mejor que en los últimos años, porque he mejorado mi marca personal y me había preparado y cuidado. Y el resultado ha sido muy bueno.

¿Ha cambiado hábitos?

Sí, claro. Hago una dieta mejor para cuando tengo que bajar de peso, estoy yendo al psicólogo para seguir unas pautas y estar más tranquila... Es decir, hacer todo más profesional para dar el boom este año de cara a Tokio.

¿Son los Juegos de 2020 su objetivo?

Es mi objetivo, a largo plazo. Hay un equipo muy bueno, así que tendré que luchar por ir.

En halterofilia, ¿qué importa más, la fuerza o la técnica?

Es un conjunto de todo. La técnica es muy importante para evitar lesiones, pero la fuerza ha de trabajarse para levantar peso. Son importantes técnica, fuerza... y también cabeza.

Aun así, ¿cómo se levanta casi el doble de su propio peso?

Entrenando mucho, muchos años (risas). Está claro que esto no se consigue con solo dos años de preparación.

Dijo Lydia Valentín que si eres un pato no puedes dedicarte a la halterofilia...

Estoy de acuerdo. La halterofilia requiere mucha coordinación, explosividad... Si eres un pato, es difícil que la barra suba para arriba.

¿La conoce personalmente?

Sí, claro, desde que yo era pequeña. He crecido con ella, viéndola a ella. Para mí ha sido como un espejo donde mirarme porque he visto todo lo bueno que ha conseguido, todo tipo de medallas. Ver todo eso de una atleta que entrena aquí contigo te motiva para decir "¿por qué yo no lo puedo lograr?".

¿Cree que están derribando muchos tabús?

¿En el tema de la mujer y el deporte? Claro que sí. Somos halteras y somos femeninas. Ella (Lydia Valentín) tiene éxito, ha salido en portadas de periódicos y ven que es una chica muy guapa. Es decir, que aunque levantemos pesas, podemos ser igual o más femeninas que cualquier chica de la calle.

¿Ha sufrido machismo?

De pequeña, sí. La típica frase de que si levantas pesas se te va a poner cuerpo de hombre, de forma despectiva. Ahora la cosa ha cambiado. Ven a una chica con un cuerpo fuerte y ya está. Yo creo que es envidiable ver a unas chica sana. La gente se interesa en saber qué haces para tener este cuerpo, y antes no lo hacía. Las mentes no están tan cerradas.

¿Tiene algún ritual cuando compite?

Intento actuar siempre de la misma manera. Me pinto las uñas con la bandera de España porque me da la sensación de que me da fuerza y suerte, también llevo un lazo rojo en el pelo y siempre intento estrenar algo. Además, intento ver la película Gladiator, su banda sonora, si no lo hago, siento que algo me falta.

¿Es más limpia la halterofilia ahora?

Han dado una especie de ultimátum y yo me alegro. Ha habido muchos casos de dopaje de un año para estar parte y me alegro de que haya habido tantas sanciones. Eso es bueno para un país limpio como España. Al fin y al cabo nos están quitando puestos, porque nosotros luchamos contra gente que sabemos que utiliza sustancias ilegales y eso da mucha rabia.

¿De dónde viene Atenery?

Es un nombre guanche y significa Blanca Nieve. La gente se sorprende, a mí me gusta porque no es muy escuchado.

¿Cuándo y por qué le dio por la halterofilia?

La practico desde los 8 años, pero yo ya de pequeña hacía muchos deportes. Además, tenía familiares haciendo este deporte y empecé a ir con ellos. Una vez a la semana, dos, tres... y al final me di cuenta de que este era mi deporte y de que quería ser grande en esta disciplina.

¿Tiene el apoyo de su familia?

Por supuesto. Cuando les dije halterofilia no se extrañaron, lo vieron como un deporte más. Si tu hija, tu sobrina o tu nieta destaca en él, imagínate el orgullo que tienen.

Lleva cuatro años en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid. ¿Cómo fue el cambio de la isla a la capital para su familia y para usted?

Me viene con 17 años pero yo quería estar con los mejores, y en Madrid están. Cogí las maletas y me vine. Estoy muy contenta y no sufrí con el cambio, ellos tampoco. Solo lo paso mal cuando vuelvo de algún campeonato a Madrid y tengo muchas horas libres.

¿Ha hecho amigas?

Sí, nos llevamos muy bien. Nos relacionamos mucho entre nosotras, las de halterofilia. Además, está mi mejor amiga aquí conmigo, que también es haltera.

¿Cómo es su día a día?

Cuando estoy en plena preparación, no paro. Me levanto a las 8 de la mañana, entreno, estudio, vuelvo a entrenar... y así hasta las 23 horas.

Eso, ¡que también estudia! Es como tener un plan B...

Sí, estudio un ciclo de nutrición porque es muy difícil estudiar una carrera universitaria en mi situación. Soy joven y, si algo me pasara puedo tirar de eso. De todas formas, la vida del deportista cada vez es mejor cuando se acaba, seguir ligado a esto.

¿Compensa todo este sacrificio?

Es difícil elegir entre ser una deportista de alto rendimiento a una vida más normal, pero si te apasiona y amas tu deporte y ves la posibilidad de hacer cosas grandes, te sacrificas y luchas. Los resultados que consiga ya nadie me los va a quitar, va a quedar ahí para la historia, por lo que jamás me arrepentiré de practicar un deporte tantos años.

¿Se puede permitir algún capricho?

Difícil. Comparas a una chica de 22 años conmigo y no tenemos nada que ver. Yo tengo otra mentalidad, pero porque tengo otra vida totalmente diferente. Entrenar, cuidarme, estudiar... Nos permitimos cosas, sobre todo los sábados, claro, ir al cine, cenar, salir, tomarte algo... Pero a la 1 o 2 nos volvemos porque sabemos que el lunes toca entrenar.

¿Y algún vicio inconfesable?

Salir a comer, probar restaurantes por Madrid.

¿Se imagina el futuro?

No, la verdad. Estoy centrada tanto en esto, en ir a los Juegos de Tokio, que no veo más allá. Si van bien, igual me planteo hacer otro ciclo olímpico. ¿Que no? Pues me replantearé mi vida.

¿Algún sueño?

Querría que, cuando acabe mi vida deportiva, sea por todo lo alto. Después, acabar mis estudios y trabajar de ello y poder tener una buena vida. Y está claro que tener una pareja, construir una familia... ¡Una vida de película!

¿En Madrid o en su Tenerife natal?

Donde mejor esté. Soy joven y no me detengo. Mi familia siempre va a estar en la isla y yo tengo que formar mi propia vida.

BIO La haltera, nacida en Tenerife hace 22 años, ya fue subcampeona de Europa 2015 en arrancada. Un año después, se proclamó campeona de Europa sub-23, pero llegó lesionada al Europeo 'grande' y se quedó fuera de los Juegos de Río.Su objetivo ahora es resarcirse en Tokio 2020.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento