El pasado sábado el español Mikel Arteta (Everton) fue expulsado por dar un codazo, según el árbitro, a su compatriota Cesc Fábregas en el partido de la liga inglesa donde golearon los gunners por 1-4.
Según Arteta, fue una "decisión alocada del árbitro" porque "nunca daría un codazo a un buen amigo como Cesc". El futbolista del Everton vio la roja a seis minutos del final.
"No recuerdo un partido en el que no haya hecho eso antes, levantar un poco mi brazo para parar a un jugador que hace una entrada. Pasa lo mismo con otros muchos jugadores y los árbitros no señalan tarjeta", indicó Arteta.
Fue una estupidez, una decisión de mierda
"No culpo a Fábregas. Él
trató de sacar provecho para su equipo, es normal", añadió el donostiarra.
El mejor jugador del Everton las dos últimas temporadas criticó a su vez la justificación del árbitro en el momento de la expulsión. "Éste me dijo: ‘hiciste lo mismo hace unos minutos,
te vas a la calle’. Una estupidez, una decisión de mierda".
"No es como si yo hubiera tratado de
dar una patada a alguien o dar un codazo en la cara de forma deliberada. Nunca haría eso", agregó Arteta.
"Lo que esperas de los árbitros es que permitan algo de contacto, especialmente en Inglaterra. Si yo me
sintiera culpable por una falta peligrosa sería el primero en pedir perdón", finalizó el ex de la Real Sociedad.
El día del partido el propio Cesc definió así el lance: "Es mi amigo pero así es el fútbol.
Puso su codo en mi cara así que es tarjeta roja".
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