David Arroyo sale ileso de una caída por un precipicio en la octava etapa del Tour

  • El ciclista español tuvo suerte de no sufrir daños graves.
  • Tuvo que remontar la ladera, tras golpearse con el quitamiedos.
  • Especial del Tour de Francia de 2007.

Espeluznante. Una caída en la bajada del Cormet de Roselend, allá por el kilómetro 110, echó al toledano David Arroyo fuera de la carretera.

Su bici, que golpeó contra el quitamiedos, le catapultó hacia un pequeño barranco cubierto de vegetación. Cuando la televisión repitió la imagen, en la que el australiano Rogers yacía dolorido en el suelo, aparecía Arroyo escalando la ladera para reincorporarse a la carrera... y a la carretera.

"Iba detrás de Michael Rogers", explicó el corredor de Talavera de la Reina, "cuando este deslizó en una curva. No pudo evitar tocar su rueda trasera y hicé un vuelo por arriba del parapeto antes de aterrizar en la hierba entre los árboles. Se me ha clavado una espina en la mano pero creo que no sea nada de grave. Luego he sido capaz recuperarme bien y seguir con Rasmussen y Colom. Me sentía bien, pero creo que Rasmussen iba más fuerte todavía y habrá que contar con el en este Tour."

Michael Rogers tuvo menos suerte. Después de atacar de lejos y portar virtualmente el maillot amarillo del Tour, el australiano, uno de los mejores contrarrelojistas del mundo, se vio obligado a abandonar entre lágrimas, pero dolorido de su hombro derecho. Un día en el que pasó de la gloria del amarillo al infierno del abandono.

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