Alberto Contador vivió su hora y cinco minutos más larga de su vida. Pero no estuvo sólo. Conectado a su pinganillo iba Johan Bruyneel y a su derecha Lance Armstrong, el heptacampeón del Tour, que ayer quiso vivir de cerca el primer triunfo del madrileño en la ronda gala. “He pasado muchos nervios, trataba de darle ánimos y consejos para que administrase bien su diferencia y no se pusiera nervioso, pero había mucho jaleo en el coche y no sé si me escuchaba”, comentaba el ex corredor americano, tal y como informa MARCA.

Desde su llegada ayer por la mañana a Angouleme, Lance acaparó gran parte del protagonismo del día, aunque la verdadera fiesta fue la de Contador. “Ha sido un Tour maravilloso para nosotros. Veníamos a por el maillot blanco y una etapa y nos marchamos con el jersey amarillo, el blanco y dos triunfos parciales".

"Es la gran esperanza para el futuro, tanto del ciclismo español como de este deporte en general”, recordaba Lance, quien no mostró inconveniente en que Alberto se acerque a sus marcas en la ronda gala. “Los récords están para romperlos y si Alberto empieza a ganar Tours con esta edad ya veremos hasta donde puede llegar”.