Alemania hace llorar a Argentina

Claves:
  • Alemania venció en los penaltis.
  • Argentina se adelantó en el marcador pero los anfitriones empataron al final del partido.
  • Alemania va directa a por el título.
  • Así vivimos el partido, minuto a minuto.
Los jugadores argentinos acabaron desconsolados
Los jugadores argentinos acabaron desconsolados
Efe
Los jugadores argentinos acabaron desconsolados

El viejo tópico de Gary Lineker se cumplió a rajatabla en el estadio olímpico de Berlín: el fútbol es un deporte en el que siempre gana Alemania.

Da igual que juegue bien o que juegue mal, que tenga una selección de estrellas o una de obreros, que su fútbol esté en crisis o que no produzca jugadores de calidad desde hace años.

Todo eso no importa cuando se trata de un Mundial: Alemania nunca muere, ni dándole con un mazo se puede derribar el gen vencedor de los germanos.

Todo eso lo sufrió en sus propias carnes Argentina: se adelantó en el marcador, hubo fases en los que jugó mucho mejor que Alemania, tuvo más el balón y estuvo cerca de conseguirlo.

Tan sólo le faltaron unos minutos para alcanzar la gloria pero Alemania tiró de músculo y carácter, dos señas de su fútbol que nunca le abandonan por muy limitados que sean sus jugadores.

En definitiva, Argentina mereció más. Caer como cayó Argentina, tan cerca de la costa, es triste, muy triste.

Gran espectáculo

Pero cuando es Alemania la que está enfrente, y más en su propia casa, tus posibilidades de éxito son mínimas.

El Alemania-Argentina no defraudó a nadie: fue un gran espectáculo.

La primera fue excesivamente táctica y las defensas se impusieron a los ataques.

Pero el gol de Ayala en el minuto 48 lo precipitó todo. Contra cualquier otro equipo Argentina con su oficio y su categoría, habría ganado, pero no contra Alemania, la que nunca muere, la que siempre gana.

A diez minutos del final empató Klose con un cabezazo. La prórroga no resolvió nada: los dos equipos estaban exhaustos; tenían mucho que perder y poco que ganar: por mucho que lo intentaron, no pudieron alterar la inminencia de los penaltis.

Los penaltis, esa lotería en la que todo se fía al azar, cumplió con otro tópico: que Alemania además de carácter y músculo siempre tiene suerte.

Argentina falló dos penaltis y se fue llorando y preguntándose,como todos, que tendrán estos alemanes que no tienen los demás, especialmente los españoles.

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