Loida Zabala, la haltera paralímpica a la que no le frena ni un cáncer: "No he llorado, pero si llego a los Juegos lo haré de felicidad"

La paralímpica Loida Zabala.
La paralímpica Loida Zabala.
CEDIDA
La paralímpica Loida Zabala.

"Empecé a caerme mientras corría durante tres meses y de repente un día no podía estirar las piernas". Así comenzó el primer 'reto' -llamado mielitis- que la vida le puso por delante a Loida Zabala, halterófila paralímpica que desde hace nada tiene otro rival al que piensa derrotar: el cáncer.

Con tan solo 11 años, la deportista cacereña vio como su vida cambiaba por completo, pero, al contrario de lo que muchos pueden pensar, lo hizo para bien. La mielitis convirtió en su mejor amiga una silla que le dio "esa libertad de ser yo" y convirtió su primera gran adversidad en una oportunidad.

"Cuando me senté en mi primera silla de ruedas, me di cuenta de lo importante que era cada regalo de vida. Me enseñó a valorar todo lo que me rodeaba y a vivir con mucha intensidad", afirma Zabala a 20minutos.

Lejos de amedrentarse ante la vida y de alejarse de sus sueños, Loida lo aprovechó para dar un gran paso y pasarse al mundo de la halterofilia, que le ha llevado al éxito total hasta participar en los Juegos Paralímpicos de Pekín (2008), Londres (2012) y Río de Janeiro (2016), convirtiéndose en la primera mujer en representar a España en su modalidad deportiva en esta competición.

El deporte como salvavidas

Su aventura deportiva arrancó en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, donde precisamente cambió su forma de vivir. "A los 18 años fui a sacarme el carnet de conducir y me dijeron que por qué no hacía halterofilia paralímpica si me gustaban tanto las mancuernas. Lo probé, me encantó y desde entonces llevo enganchada a ello", asegura Zabala.

Desde ese momento, Loida siempre estuvo acompañada, además de por su silla de ruedas, por el deporte. Fue la bocanada de aire fresco que necesitaba en otro de los momentos que han marcado su vida, cuando fue víctima de violencia de género.

A tan solo un mes de participar en los Juegos Paralímpicos de Londres, sufrió maltrato por parte de su expareja. Su presencia en la cita más importante de 2012 estaba en peligro por las secuelas físicas que le dejó, pero ella se refugió precisamente en el deporte para salir de esa injusta situación.

Loida Zabala entrenando en 2017.
Loida Zabala entrenando en 2017.
CEDIDA

"El deporte me salvó. Me centré en esos Juegos de Londres. No podía mover el brazo derecho y finalmente con rehabilitación pude conseguirlo e ir. Fue una meta para mí muy importante, lo disfruté muchísimo. Gracias a esos Juegos superé esa situación", explica Zabala, que confiesa que su perspectiva sobre ella misma cambió: "Aprendí mucho de esa experiencia, sobre todo por el cariño que empecé a cogerme a mí misma".

Aquel episodio, aunque significó otro bache más en su camino, le dejó una reflexión vital: "Lo primero somos nosotras mismas. Nos debemos un respeto y un cariño. La persona que está delante del espejo es la persona que más tenemos que querer y respetar. No podemos permitir que una persona nos haga algo así y dejarlo estar".

Ahora, a menos de un año para otros Juegos Paralímpicos, las malas noticias han vuelto a llegar a su vida, esta vez en forma de cáncer de pulmón, con "una neoplasia maligna que se ha diseminado al cerebro". La propia Loida lo anunció en sus redes sociales con un mensaje muy optimista, pero detrás de él hay mucho más.

Lo primero somos nosotras mismas. Nos debemos un respeto y un cariño

"Al principio entras como en shock, pero cuando ya eres más consciente de ello te impacta mucho. Piensas que a ti es imposible que te lo vayan a decir", explica sobre el momento en el que le comunican que padece la enfermedad.

Sin embargo, y pese al cáncer, piensa seguir con la tónica que ha marcado su vida hasta ahora: "Al final cuando me dan una noticia tan adversa e impactante, automáticamente, que es lo que aprendí en su momento con la discapacidad, me centro en aquellas metas que quiero conseguir".

Un reto doble "con mucha ilusión"

A pesar de lo que se pueda pensar sobre su situación actual, ella tiene claro que está "con mucha ilusión" por afrontar este reto, que a su vez tiene dos metas muy importantes. Una de ellos es seguir el tratamiento y la otra, cumplir sus propósitos deportivos.

"Ya tengo una marca y simplemente tendría que ir a dos competiciones más para estar dentro de París 2024. Para mí este sueño es muy importante. Es como dos competiciones en una: una de vida y otra deportiva", afirma orgullosa.

Conseguir estar en París "sería una alegría inmensa" para ella y, además, reconoce que ahí es cuando sí se le saltarían las lágrimas: "Por esta situación no he llorado, me siento feliz porque hay un tratamiento, pero pienso que si llego a los Juegos con esta situación sí que voy a llorar muchísimo, pero de felicidad".

La haltera Loida Zabala.
La haltera Loida Zabala.
CEDIDA

Para llegar hasta ahí, Loida Zabala tiene que poder compaginar el tratamiento de su enfermedad con sus entrenamientos, algo que ahora mismo no puede hacer "porque las células de la cabeza pueden sangrar y hacer presión en el cerebro y derivar en complicaciones graves".

En este camino va a ir "pasito a pasito y siguiendo las indicaciones", apoyándose en el apoyo de toda la gente que le está apoyando, que es mucha a raíz de su mensaje, lo que le "llena de energía y vitalidad para poder con todo".

Un ejemplo de optimismo

La forma en la que Loida comunicó en sus redes sociales que le habían detectado cáncer ha cautivado a la sociedad española, que ya ve en ella un ejemplo a seguir sobre cómo afrontar la vida, aunque lo cierto es que la deportista ni lo iba buscando ni se lo imaginaba.

"No era mi intención ser un ejemplo. Simplemente soy así, mi personalidad es así. Siempre hay una solución. Tenemos que apoyarnos en las soluciones. Si la hay tienes la gran oportunidad de seguir adelante", relata emocionada.

Es muy importante la salud mental y se debería invertir mucho más en ella

"Cuando hago las cosas no me paro a pensar que vaya a inspirar o a tener impacto en los demás. Me impresiona mucho porque realmente son cosas que las hago porque me gusta. El hecho de saber que ayudo a una persona inspirándola me alegra muchísimo porque también ayudar a los demás es lo que más me gusta en la vida", sentencia.

"La vida es tan increíble que merece la pena"

"No lo cambiaría por nada. Si pudiera, elegiría el mismo destino en esa situación por todo lo que me ha enseñado". Tajante, Loida asegura que es feliz con todo lo que le ha tocado vivir y tiene claro que "la vida es tan increíble que merece la pena vivirla plenamente y valorando todo".

Su propia experiencia le ha llevado a ser fil creyente de esa idea: "Poco a poco he ido consiguiendo esas metas, que es lo que te da esa felicidad plena, el decir 'me ha pasado esto, pero lo he conseguido, he seguido adelante y además he conseguido algo que no esperaba conseguir nunca'".

La haltera Loida Zabala.

Loida Zabala 

  • Haltera paralímpica. 36 años. Losar de la Vera (Cáceres)
Con tan solo 11 años sufrió una mielitis que le dejó en silla de ruedas para toda la vida. Para ella fue la oportunidad perfecta de disfrutar de las pequeñas cosas, después de estar varios meses en una cama de hospital. Se aficionó a la halterofilia, modalidad con la que ha competido ya en tres Juegos Paralímpicos. Antes de uno de ellos, el destino le tenía preparado otro bache: la violencia de género. De ella salió, en parte, gracias al deporte, al que ahora quiere recurrir para sobreponerse a un cáncer de pulmón.

Y, por si fuera poco, lanza otro mensaje: "Cada problema lo afronta una persona de una manera distinta, simplemente necesita orientación y esa posibilidad de salir de esa situación. Es muy importante la salud mental y se debería invertir mucho más en ella porque realmente se puede conseguir el ser plenamente feliz a pesar de los problemas que nos pueden afectar".

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