El Brasil - Argentina de la madrugada de este miércoles dejó una página negra en los libros de historia del fútbol con los graves altercados que se produjeron en la grada antes del partido, que terminaron con durísimas cargas policiales y la intervención de los jugadores de la albiceleste para calmar la situación. "Veíamos cómo le estaban pegando a la gente, había jugadores que tenían familia ahí", denunció Leo Messi tras el choque.
"Mal, obviamente mal", ha explicado el capitán de Argentina sobre cómo vivió el equipo la situación. "Veíamos cómo le estaban pegando a la gente, la Policía, como pasó en la final de la Libertadores, otra vez reprimiendo a la gente con los palos", criticó el '10'.
El delantero del Inter de Miami señaló también que en momentos como el que se vivió en Río de Janeiro, cuando "no se sabe bien qué está pasando, se está más pendiente de eso que de jugar un partido que, llegado a ese punto, es secundario", especialmente porque "había jugadores que tenían familia ahí".
Respecto a la decisión de la albiceleste de abandonar el terreno de juego, Messi explicó que creyeron que esa "era la manera de que se tranquilice un poco todo", y ha insistido en que "estábamos ahí y desde abajo no podíamos hacer mucho y veíamos cómo le pegaban a la gente, cómo los tiraban para atrás".
"Podría haber pasado una desgracia, por eso cuando se calmó un poquito todo decidimos ir para adentro, preguntar cómo estaban los familiares, la gente que estaba por ahí, averiguar un poco todo y después salimos", concluyó el ex del Barça.
Los altercados en Maracaná tuvieron lugar antes de que empezase el partido –que finalmente arrancó con media hora de retraso– de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial , cuando aficionados brasileños y argentinos iniciaron una pelea durante el himno de Argentina. La Policía intervino con duras cargas que terminaron con algún aficionado siendo trasladado en camilla, completamente ensangrentado.
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