Raphael Dwamena, exjugador del Levante y del Zaragoza fallecido este fin de semana tras desplomarse en pleno partido, conocía a la perfección los riesgos a los que se enfrentaba al saltar al césped, pues fue él mismo quien decidió el año pasado quitarse el marcapasos colocado en su pecho durante su paso por el Zaragoza.
Así lo explicó el jugador ghanés en una entrevista hace un año, un texto en el que relata el porqué de prescindir del aparato que le salvaba la vida siempre que su afección cardiaca le amenazaba. "He estado con tantos médicos. Todos dicen algo diferente. Respeto las opiniones, los diagnósticos. Pero no los tomo en serio, a veces tengo que reír. Solo uno puede decirme cuándo es el momento de parar: el Señor", explicó.
El futbolista, ajeno a las súplicas de sus familiares para que dejara el deporte profesional, optó, en contra de la opinión de los diferentes médicos que visitó, por retirarse el Desfibrilador Automático Implantable (DAI) debido a dos fallos del aparato. Y es que en esas dos ocasiones, una mientras aún era futbolista del Zaragoza, recibió descargas fallidas del aparato que le produjeron colapsos en el césped.
"No sabía cuándo llegaría el siguiente golpe. No le desearía este sentimiento a nadie en el mundo", explicó Dwamena a los suyos en su empeño por volver a los campos sin protección.
El futbolista fue obligado a implantarse el DAI tras consumar su fichaje en calidad de cedido por el Real Zaragoza. El equipo aragonés no quiso correr el riesgo que sí corrió el Levante, combinado que le fichó por siete millones de euros al Zúrich. Una postura similar a la del Brighton Hove & Albion, equipo que rechazó su fichaje en 2018 por esa lesión que podía generar graves problemas a su rendimiento.
Dwamena perdió así la oportunidad de cumplir su sueño de jugar en la Premier League y tras su paso por España tomó la decisión de seguir sin el DAI, aparato capaz de salvarle la vida cuando llegara otro golpe como el que acabó con su vida este fin de semana.
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