No quedan palabras para describir a Max Verstappen. Da igual que llueva, que se seque la pista, que empiece la sprint a 11 vueltas detrás del safety car, o incluso que Oscar Piastri le gane la partida durante unos cuántos giros. El bicampeón del mundo es inevitable, como desastroso está el fin de semana de Aston Martin, que merece capítulo aparte.

Se llevó el neerlandés la victoria en una carrera al sprint caótica, que empezó con retraso mientras la FIA esperaba que se secase la pista, y cuando lo hizo fue detrás del coche de seguridad. Cuatro de las quince vueltas previstas estuvo en pista guiando a los pilotos, impacientes por correr conforme la visibilidad en la pista mejoraba y el espray de agua de los monoplazas se disipaba.

Y quizá esperaron demasiado para dar la salida lanzada, porque cuando Verstappen apretó para dar comienzo a la carrera, la mitad de la parrilla entró directamente a montar neumáticos intermedios porque el asfalto estaba mucho menos mojado. Todos habían empezado con los de lluvia extrema, y la mitad tuvo que esperar una vuelta completa con neumáticos muy inferiores para poder rearmarse.

En la primera terna de paradas, el pit lane enloqueció por completo. Unos entraban, otros salían, con carreras en paralelo y adelantamientos como el de Lewis Hamilton a Carlos Sainz, que no hizo la mejor de las paradas. La de Piastri, por ejemplo, sí fue buena. Tanto, que le sirvió al australiano para adelantar a Verstappen después de la parada tardía del piloto estrella de Red Bull, cuyo equipo había optado por parar a 'Checo' Pérez primero.

Les fue bien porque Pérez cumplió con su parte y salió en buena posición, salvo por el Alpine de Pierre Gasly que se coló tercero con una parada fulgurante, y de ahí nadie pudo moverle. No fue tan bien para Aston Martin, en cambio, que llegaba abocado a una remontada casi imposible y optó por la estrategia más inexplicable de lo que llevamos de temporada.

En la 'sprint shootout', Lance Stroll se estrelló después de jugársela a salir con neumático medio cuando la pista seguía para intermedios, y ni él ni Fernando Alonso pudieron pasar de la Q2. Partían decimocuarto y decimoquinto respectivamente, y cuando comenzó la melé de paradas en la primera vuelta, decidieron recompensar al piloto que se había estrellado, al hijo del jefe, y dejar en pista al asturiano.

Como consecuencia, Stroll salió a pista undécimo, mientras Alonso cayó a la decimosexta posición. Frustrante cumpleaños para el bicampeón del mundo, que forzó para incomodar a Nico Hulkenberg y trompeó irremediablemente hasta quedar varado en la gravilla de la puzolana. Primer abandono, aunque haya sido en una sprint, para el piloto español de 42 años, en un fin de semana desastroso de un equipo que ya venía dejando malas sensaciones, estancado en su crecimiento y sin ritmo.

No fue el único accidente, ya que tras un nuevo safety car y otra relanzada en la que Verstappen no tardó ni media vuelta en dar buena cuenta de Piastri, hubo un enfrentamiento a tres que salió mal para dos de ellos. Pérez, Hamilton y Sainz dejaron una estampa espectacular, llegando a ir en paralelo, hasta que el inglés chocó contra Pérez y daño su RB19. 

Pasaron tanto Hamilton como Sainz, y Pérez tuvo que abandonar con el tren trasero del monoplaza tocado, con susto previo en una salida de pista muy peligrosa. Pero para Hamilton tampoco fue agradable el envite. Alcanzó a Gasly y tenía mucho más ritmo para pasarle, pero cuando estaba cerca de hacerlo, le notificaron una penalización de cinco segundos por el toque con el mexicano. 

Y así, Sainz, Leclerc y Norris se beneficiaron y mandaron al heptacampeón a la séptima plaza, con Russell cerrando los puntos a 65 milésimas de su compañero. Mientras, alegría en Alpine y en McLaren, con el primer 'podio' de Piastri en el 'Gran Circo', y tarde aciaga en Aston Martin, donde debe haber una profunda reflexión sobre el desarrollo del AMR23 y sobre las decisiones estratégicas del equipo.