El Gran Premio de Emilia-Romaña de Fórmula 1 está más en duda que nunca. Las lluvias en la localidad italiana, en alerta roja y naranja por el temporal, han provocado que una parte del circuito de Imola amanezca este miércoles anegado.

En concreto, son las instalaciones de la Fórmula 2 y de los equipos de comunicación las que aparecen bajo el agua, mientras que el paddock y los boxes de la máxima categoría del automovilismo no han corrido la misma suerte por el momento, según informa Motorsport.

Mientras se evalúa la situación, con carreteras cercanas al trazado inundadas y, muchas de ellas, cortadas al tráfico, las autoridades italianas han recomendado a los equipos del 'Gran Circo' no acceder al circuito.

Todo parece indicar que las condiciones meteorológicas mejorarán a partir del jueves, pero aún así está en peligro la celebración del Gran Premio. De hecho, Matteo Salvini, vice primer ministro italiano, ha pedido que se posponga, sobre todo por los desplazamientos de muchos aficionados y los fuertes daños que está ocasionando las inundaciones en la zona.

Y es que esas inundaciones, deslizamientos de tierra y marejadas ciclónicas que se están dando en la región han dejado ya cinco muertes, varios desaparecidos y miles de evacuados que han tenido que ser trasladados a centros deportivos habilitados para casos de emergencia. 

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Se espera que a las 14.00 horas se dé una actualización oficial que esclarezca mucho más las intenciones de la organización, pero con el paso de los minutos parece estar claro que la única opción será la suspensión del Gran Premio.