El joven atleta de montaña italiano Andrea Papi murió esta semana por el ataque de un oso mientras entrenaba por su habitual ruta en Caldes (Italia). Se trata de un suceso inédito en el país italiano y que ha creado una fuerte controversia, pues en las últimas semanas ya se han producido varios ataques en esta misma zona y, quizás, del mismo animal.

Papi salió a entrenar en la región de Trentino y, según apuntan las primeras investigaciones policiales, se encontró de cara con uno de los numerosos osos que habitan en esta zona. Parece ser que el joven se defendió con sus bastones, pero poco más pudo hacer. Su último mensaje en redes reflejaba un paisaje definido con tres simples letras: paz. 

Tras denunciar su familia su desaparición, el cadáver no tardó en ser encontrado un día después entre unos arbustos: presentaba heridas muy profundas en cuello, cabeza y estómago y la policía no dudó en afirmar que había sido atacado "por un animal muy grande".

Redes

La polémica no ha tardado en crearse entre los habitantes de la zona y varios grupos ecologistas. Los primeros ya habían advertido de que algo así podía suceder y que, solo hace un mes, un oso ya había atacado a una persona en el bosque y a su perro, que escaparon de milagro. Los vecinos señalan como responsable de la muerte de Papi y de los anteriores ataques al plantígrado conocido como MJ5, que habría también atacado varias granjas circundantes y contra el que existe una orden de caza y sacrificio. La reinserción de esta especie en este ecosistema ha sido muy defendida por grupos ecologistas, que piden que se respete el hábitat de este animal.