Inglaterra y Estados Unidos empataron a cero este viernes en la segunda jornada del Grupo B, en un encuentro donde todo el morbo lo puso el pasado histórico entre ambos países, ya que el choque dejó muy pocos detalles futbolísticos de auténtico valor. El estadio Al Bayt, cuyo césped ha ido empeorando desde que arrancó el Mundial, fue testigo de un partido lento, predecible, anodino y marcado por la excesiva prudencia de ambos equipos, interesados en un resultado como el obtenido.

No parecía al inicio que esa fuese a ser la tónica, ya que a los pocos minutos de juego, Kane, que nunca ha marcado en un Mundial, ya había tenido la primera ocasión clara para los 'Tres Leones'. La primera y la única, porque en los siguientes 80 minutos, Inglaterra apenas chutó entre los tres palos, y nunca con peligro. Los mejores fueron el propio Kane y Saka, que no obstante estuvieron muy lejos del nivel que pueden ofrecer.

En cambio, Estados Unidos creció a lo largo de la primera parte, siempre dentro de sus posibilidades, pero comandada por un Pulisic que fue el mejor del partido, y que tuvo el gol en sus botas. Avanzada la primera parte, una buena jugada entre Musah, McKennie y el propio Pulisic acabó en un latigazo del jugador del Chelsea que se estrelló en el larguero después de que Pickford sacase una mano muy oportuna.

En la segunda mitad, Estados Unidos siguió comiéndole terreno a los ingleses y secando su salida de balón, hasta dominarles por completo. Apoyados en los costados, la conexión entre los atacantes del país del 'soccer', con McKennie, Musah, Weah y Pulisic listos para salir a toda velocidad al ataque con cada recuperación. Incluso, lograron quitarle la iniciativa de juego a Inglaterra, desesperada e impotente, que apenas se lograba sacudir a los estadounidenses de su área. 

Hacia los minutos finales, la categoría de Inglaterra comenzó a notarse y los estadounidenses, muy superiores por sensaciones y juego, y los únicos en poder aplicar su plan de partido a la perfección, dejaron de morder como lo habían estado haciendo. No fue suficiente para reactivar a una Inglaterra desconectada de sí misma y del partido, que solo respondía a los pelotazos desinteresados de los norteamericanos con más pelotazos largos sin sentido. 

Así, se llegó al final de un choque que deja un sabor agridulce en ambos combinados. En Inglaterra, ni siquiera los cambios lograron hacer que toda la pólvora, hoy mojada, que tienen los 'Pross' arriba estallase en la meta estadounidense. El empate es medianamente bueno para los ingleses, que han perdido aun así la oportunidad de clasificarse como primeros de grupo hoy matemáticamente. 

En el otro lado, Estados Unidos puede estar contento por haber dominado a una selección que se estrenó con seis goles, sobre todo después de sumar un punto que les sirve para acceder a octavos siempre que logren ganar a Irán en el último encuentro. La que peor lo tiene es Gales, rival de Inglaterra en el partido final de la fase de grupos. Mal partido de Inglaterra, muy lejano a la expectativa generada, y buen partido de Estados Unidos, a quienes les faltó más ambición y mucha más pegada (algo de lo que adolecen en este Mundial hasta el momento) para hincarle el diente a Inglaterra.