El partido de la AHL, liga afiliada a la NHL, entre los Rockford IceHogs y los Milwaukee Admirals fue el escenario de la que ya es considerada como la pelea más sangrienta de la historia de las ligas menores de hockey sobre hielo. Muchos dicen que es una vuelta a la rudeza que primaba en este deporta allá por los años 70 y 80, mientras que otros tantos utilizan la etiqueta de salvajada para criticar un enfrentamiento que llegó demasiado lejos.

Una pelea multitudinaria en la grada obliga a detener un partido en la NHL de hockey sobre hielo

Kurtis Gabriel y Mathieu Olivier fueron los protagonistas de un brutal intercambio de puñetazos que terminó con el primero de ellos cubierto de sangre. Las imágenes hablan por sí mismas y dejan muy poco a la imaginación. Los árbitros del partido no detuvieron el intercambio de golpes, siguiendo las reglas de la competición, en las que se deja bien claro que las peleas están permitidas hasta que uno de los dos jugadores pierda el equilibrio y caiga al hielo.

Llegado ese momento ya fue demasiado tarde. El rostro de Gabriel y las camisetas de los dos jugadores estaban repletas de sangre. Ambos implicados en la pelea fueron castigados con cinco minutos sin jugar, tal y como indica el reglamento.

Al final, el peor parado en el intercambio de puños, Gabriel, fue paradójicamente quien rio el último, pues su equipo se llevó la victoria por 4-3. Aunque a decir verdad el partido no se recordará por el resultado, sino por el baño de sangre.