El éxito de Ferrari a principios del siglo XXI queda indiscutiblemente unido a tres nombres: Ross Brawn, Michael Schumacher y Jean Todt. La vida ha llevado a los tres por diferentes caminos: el primero acabó siendo el director de la Fórmula 1 (no seguirá en 2022), el segundo se encuentra en un estado desconocido tras sufrir un grave accidente de esquí en 2013 y el tercero finaliza ahora su etapa como presidente de la FIA.

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Este viernes se elige a su sustituto entre el británico Graham Stoker, que ha sido su mano derecha en estos años, o el emiratí Mohammed ben Sulayem, que augura una revolución rupturista total si gana los comicios. En la última gala de Todt al frente de la Federación Internacional, además de recibir el homenaje unánime del automovilismo mundial, dio un emotivo discurso de despedida en el que no faltó el recuerdo a Schumacher.

"Para ser totalmente sincero, echo de menos a Michael esta noche con nosotros. Él fue parte de mi vida, y siempre lo será, y hemos construido muchas cosas juntos porque hemos pasado por el sufrimiento juntos y eso nos hizo más fuertes", rememoró, emocionado, Todt.

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Recordó el día que fue elegido presidente, en sustitución del polémico Max Mosley que dejó su cargo tras ser pillado en una orgía sadomasoquista nazi. "Hace doce años, cada candidato podía invitar a seis personas para apoyarle durante las elecciones. Yo tuve a tres: mi esposa, mi hijo y Michael. Es algo que no olvidaré nunca", señaló un Todt, que deseó suerte al que le sustituya tras tres legislaturas al frente del automovilismo mundial. 

"Es bueno que la FIA consiga sangre fresca, un equipo nuevo. Entre el legado que dejo, hay un alucinante equipo que será capaz de llevar a cabo el trabajo con los nuevos elegidos", deseó al respecto.