El FC Barcelona se despedirá de la temporada 2020/21 con una nueva Copa del Rey en sus vitrinas, pero sin los premios gordos. Ni Champions ni Liga serán suyas después de que el Celta les endosase un correctivo final que dejó entrever la desidia del club blaugrana para jugarse la última bala.

El Barça cae en casa ante el Celta y dice adiós definitivamente a LaLiga

Uno de los que más desaparecido estuvo fue, precisamente, el que sostiene el equipo: Leo Messi. El argentino apenas pudo hacer más que pedir más ganas a sus compañeros en cada gol de Santi Mina, pero no fue suficiente.

Lo que sí dejó es una imagen que, siendo quien es, se ha leído como una sentencia al entrenador. Cuando acabó el partido se dirigió cabizbajo hacia el vestuario, y por el camino se topó con Ronald Koeman, que iba saludando a todos sus futbolistas. El capitán ni levantó la mirada: pasó al lado del entrenador como los trenes pasan al lado de las vacas y ni se inmutó. El técnico apenas pudo darle una palmada en el hombro para no quedarse como una estatua.

Lo más sorprendente es que, inmediatamente después, se abrazó con el 'Chacho' Coudet, técnico del Celta y compatriota suyo.

Pese a que este gesto no pasó desapercibido, Koeman insistió en la rueda de prensa en la importancia de que Messi siga el año que viene... aunque sea él mismo quien tiene más posibilidades de no seguir y que el argentino sea entrenado por otro.

"Esperamos que no (se vaya). Todavía es el mejor jugador del mundo. Ha demostrado hoy que es imposible jugar sin él, porque ha marcado 30 goles. Estos goles han dado muchos puntos a este equipo durante muchos años. Esperamos que siga, porque si no vamos a tener a Leo, tenemos dudas de quién va a marcar tantos goles", advirtió el neerlandés.