Marc Márquez es uno de esos deportistas cuyo carisma se basa en lo que hace dentro y fuera de los circuitos.
El campeón del mundo de MotoGP ha vuelto a demostrar su sentido del espectáculo al gastar una broma a los transeúntes de una de las calles más concurridas de España, la calle Preciados de Madrid, al convertirse en un maniquí viviente.
Con motivo de los 50 años de patrocinio de Repsol en el Mundial de motos, la petrolera montó una exposición de monos históricos en un conocido centro comercial de la citada calle. Todos se colocaron en maniquíes normales, excepto uno, que tenía el casco puesto.
Ese 'maniquí' se convirtió en el centro de atención de los que pasaban por delante, ya que no dudó en hacer gestos, bailes y hasta pegar algún susto. Pero algo raro había... y una chica lo descubrió: quien se escondía bajo el casco era el propio Marc Márquez.
Cuando se lo quitó, empezó el caos: lluvia de selfies, lágrimas de la citada fan, besos a los más peques... un día inolvidable para los que lo vivieron 'in situ'.
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