El final alternativo de ‘Orgullo y prejuicio’ que sonrojó a los espectadores británicos y gustó en Estados Unidos

Un pase de prueba de esta adaptación de Jane Austen fue todo lo que necesitaron Europa y América para separar sus caminos: a la primera, el final de ‘Orgullo y prejuicio’ le pareció ridículo y lo eliminó, pero la segunda decidió quedárselo.
'Orgullo y prejuicio' (2005)
'Orgullo y prejuicio' (2005)
Universal
'Orgullo y prejuicio' (2005)

Puede que, en algún momento de tu vida, hayas tenido la desgracia de ver el final alternativo de Titanic, un vídeo tan célebre como hilarante que pulula por Youtube para recordarnos que aquel transatlántico del cine estuvo a punto de encallar a metros del puerto. Por algún motivo, James Cameron tuvo a bien filmar esta secuencia como cierre de su película, pero el Titanic que se paseó por los cines de todo el mundo (casi 43 millones de euros sólo en España) no la incluyó en su popa. En su lugar, está el sueño que más lágrimas ha derramado por butaca y metro cuadrado. 

Pocos son los largometrajes que no pudieron ser, en algún momento de su realización, de una forma totalmente distinta a como acabaron siendo. Según la leyenda, el final de Casablanca, rodada en orden cronológico a medida que los hermanos Epstein iban desarrollando el guion, fue motivo de debate entre el director y sus actores: ¿quién se subiría al avión y quién se quedaría en tierra? Claude Rains, el capitán Renoult, se contagió del cinismo de su personaje y propuso que fuera él el que acompañase a Ingrid Bergman. Que Ricky y Laszlo se entendieran como pudiesen. 

Orgullo y prejuicio
'Orgullo y prejuicio'
Archivo

Lo verdaderamente anómalo no es sólo que estas ideas acaben plasmándose en imágenes, sino que, además, lleguen a las salas. Así le ocurrió a Orgullo y prejuicio, la adaptación que, en 2005, hizo Joe Wright de la novela de Jane Austen, y que es un elemento esencial en la vida de Barbie depresiva.

Un final estilo Hollywood para Estados Unidos

El cierre de las primeras proyecciones de Orgullo y prejuicio difería en función de la orilla del Atlántico en la que uno se encontrase. En España, al igual que en Reino Unido, país productor de la película, Orgullo y prejuicio termina con una conversación entre el señor Bennet (Donald Sutherland) y su hija, Lizzy (Keira Knightly). 

En Estados Unidos, en cambio, se añadía una secuencia más, en la que también aparece Lizzy, pero esta vez junto a su prometido, el señor Darcy (Matthew Macfadyen). Los dos, acaramelados, discuten sobre cómo deben denominarse en un futuro. ¿Señora Darcy? Lizzy le responde que eso únicamente ocurriría cuando sea “incandescentemente” feliz. Su conversación se cierra con un beso.

El público británico que llegó a ver este final no compartió esa incandescencia y, dado que se trataba de un pase de prueba y no de uno comercial, la escena fue purgada en el mercado europeo, pero se mantuvo en el americano porque a los estadounidenses les gustó ese remate hollywoodiense. A algunos británicos les pareció que, en su cursilería, desentonaba con la atmósfera de la película en la que Lizzy y el señor Darcy no habían llegado siquiera a besarse. A no pocos espectadores, incluso, su ingenuo sentimentalismo les provocó una carcajada y, ahora, la escena, en Europa, sólo existe en Youtube. 

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