Dicen que los perros son los mejores amigos del hombre. Y eso no solo se dice en la realidad, sino que los canes han formado parte de multitud de producciones a lo largo de la historia del cine, protagonizando muchas películas y siendo un elemento fundamental de la trama de otras tantas. Tal es su grado de importancia en los largometrajes que incluso la muerte de uno de estos animales puede suponer el punto de partida de una de las sagas de acción más famosas de los últimos tiempos.
John Wick es uno de los asesinos que más cadáveres ha dejado a su paso en la gran pantalla desde la última década. Durante las cuatro entregas de la saga, la última estrenada este mismo año y que contará con un director's cut, el despiadado sicario ha ido aniquilando enemigos por doquier, y todo ello porque unos mafiosos rusos mataron a su perrita beagle, un regalo de su mujer antes de morir.
Los perros siempre han sido un elemento clave en la saga John Wick, y por ello Keanu Reeves, protagonista absoluto de la franquicia, quiso prepararse a conciencia con los canes que han aparecido en las diferentes películas y así traspasar la conexión del set de rodaje a las escenas que acabaron formando parte de las cuatro cintas.
Daisy, la beagle con la que comenzó todo en 'John Wick'
La mujer de John, Helen, murió de una enfermedad, pero antes de fallecer le regaló a su marido un cachorro de beagle llamada Daisy, a la que el exsicario le tenía especial cariño porque significaba tener una parte de su esposa con él. Cuando Iosef Tarasov (Alfie Allen) y la mafia rusa entran a casa de Wick a robar y matan a la perra, una ira descontrolada toma el control del asesino a sueldo, que regresa a las andadas y comienza una oleada de crímenes.
Daisy en realidad se llamaba Andy, era un macho y cuando comenzó el rodaje apenas tenía ocho meses. Reeves estuvo con ella en todo momento detrás de las cámaras, y crearon un vínculo tan especial que incluso la perra acompañó al actor a varias alfombras rojas. Uno de los productores de la primera cinta, David Leitch, afirmó a USA Today que buscaron a propósito "el perro más mono que se podía encontrar".
Kim Krafsky, entrenador de perros del Animal Actors International de Nueva Jersey, reconoció en 2021 al portal LADBible que Andy fue adoptado por una amiga suya y su familia, y le cambiaron el nombre a Wick en honor a la película. Además, también confirmó que el beagle visitó el rodaje de John Wick 3: Parabellum en Nueva York.
Los dos pitbull en las secuelas de 'John Wick'
Al final de la primera entrega y tras la pelea final con Viggo Tarasov (Michael Nyqvist), John Wick llega a una clínica veterinaria para curar sus secuelas físicas producidas en la lucha. Allí ve a un cachorro de pitbull que iba a ser sacrificado y decide adoptarlo. Ese perro sería también un protagonista en la secuela de la película estrenada en 2017.
El pitbull que fue el fiel compañero del asesino en John Wick: Capítulo 2, y al que decide no ponerle nombre para no encariñarse con él (por si pasaba lo mismo que con Daisy) en realidad se llamaba Burton, y era un perro rescatado. Reeves, al igual que hizo con Andy (Wick) en el rodaje de la primera cinta, volvió a establecer una gran conexión con el animal, mimándolo entre escenas y dándole de comer siempre que podía.
Para la tercera entrega, Parabellum, el equipo de producción sustituyó a Burton por Cha cha, una hembra de la misma raza a la que las escenas de acción le ponían nerviosa. En la ficción continuó sin tener nombre, y al final de la tercera película, para protegerle, dejó al perro en el hotel The Continental en caso de John tuviese que huir de repente. Ese mismo edificio es el protagonista del primer spin-off de la saga en formato serie.
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