Hay físicos inmunes al tiempo, como los de Tom Cruise, Jennifer Connelly o Maribel Verdú en España, que parecen acogerse a aquella frase de Lampedusa de que todo debe cambiar para que nada cambie. En el caso de Cruise, que compartió pantalla con Connelly en Top Gun: Maverick, los años han corrido menos que el aviador más rápido del mundo. Keanu Reeves, a dos años de cumplir sesenta, pertenece a esta misma raza de actores.
Nacido en Líbano, Keanu Reeves es hijo de un estadounidense de ascendencia asiática y de una inglesa. Su primera actuación fue en el teatro, donde interpretó a Mercucio a la edad de quince años.
A partir de aquí, comienza a horadar el grueso muro de Hollywood con pequeños papeles que, en la década de los noventa, darán paso a sus primeros protagonistas: el conflictivo adolescente de Mi Idaho privado, donde actuaba junto a River Phoenix, la gran estrella juvenil del momento, y el policía surfero de Le llaman Bodhi.
Poco después, Coppola lo contrató para interpretar a John Harker en su adaptación de Drácula, un trabajo interpretativo que Keanu Reeves ha criticado duramente. A partir de aquí, la trayectoria de Reeves se cobija bajo el paraguas de la acción frenética, con Speed.
El actor libanés demostró ir a contracorriente cuando, tras el éxito de Speed, rechazó aparecer en la secuela porque prefería irse de gira con su banda de rock. Esto le cerró no pocas puertas en la industria, a la que acababa de llegar y de la que podía desvanecerse para siempre si no ponía más de su parte.
La pastilla roja, la azul y la de la inmortalidad
Matrix, de las hermanas Wachowski, lo llevó a la cima a sus treinta y cinco años. Su simpatía por el hermético y enigmático protagonista Neo será mayor que la que sentía por su alter-ego en Speed, ya que Reeves accede a aparecer en las tres secuelas de Matrix, interpretándolo por última vez en Matrix Resurrections (2021).
Entre tanto, Keanu Reeves se ha introducido en otras franquicias, como Constantine, que estrenará en 2004 su segunda parte tras casi veinte años desde que la primera llegase a salas; y, por supuesto, John Wick, cuya cuarta parte pasó por los cines el pasado marzo.
Entre el Neo treintañero de la primera entrega de Matrix y el John Wick cuasisesentón de la última película media poco más que un afeitado, un corte de pelo y unas gafas de sol. Durante la promoción de la nueva aventura de John Wick, un periodista le hizo llegar a Reeves la pregunta que muchos seguidores del actor se hacían: “¿Envejeces de verdad?”. El libanés se sonrió y contestó: “Sí, tío. Envejezco. De verdad que sí. Está pasando, tío”.
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