De ‘Terminator’ a ‘Governator’: Schwarzenegger, Zelenski y otras estrellas que sorprendieron como políticos

El 7 de octubre es el aniversario de un triunfo imprevisible: la coronación de Terminator como Gobernador de California. El Hércules austriaco no es el único actor que ha probado las mieles de la política: el último de ellos, Zelenski, actual presidente de Ucrania. 
Arremangados. El presidente estadounidense, George W. Bush, con el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, tras visitar una zona devastada por los incendios forestales en Redding, California.
Arnold Schwarzenegger, junto a George W. Bush, durante sus años como gobernador de California.
Jonathan Ernst / Reuters
Arremangados. El presidente estadounidense, George W. Bush, con el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, tras visitar una zona devastada por los incendios forestales en Redding, California.

Schwarzenegger es la encarnación del sueño americano. Años después de convertirse en la estrella por antonomasia del cine de acción, recordaría que uno de los momentos más felices de su juventud fue cuando, allá en Austria, sus padres ahorraron lo suficiente como para comprarse un frigorífico. Su padre, policía militar nazi, lo sometía a palizas diarias: le arrancaba el pelo y lo golpeaba con un cinturón sin motivo aparente. Por eso, en cuanto tuvo la posibilidad de marcharse de casa, lo hizo. Puso un océano entre su padre y él y ambos, poco a poco, fueron distanciándose.

En una convención, Schwarzenegger contó que se hizo republicano por Nixon. Debido a su desconocimiento del inglés, siguió los debates presidenciales entre Nixon y el demócrata Humphrey gracias a la traducción simultánea de un amigo. “Lo que decía Humphrey me hacía pensar en el socialismo austriaco, pero Nixon era una bocanada de aire fresco. ‘¿De qué partido es?’, le pregunté a mi amigo, y el me respondió que del republicano. ‘Pues yo también’, contesté. Y eso he sido desde entonces”. 

Rodando esta película, John Millius y su coguionista Oliver Stone se fijaron tanto en las novelas originales de Robert E. Howard (una inspiración crucial en los orígenes de 'Dungeons & Dragons') como en los tebeos de Marvel que hicieron famoso a su protagonista. El casi debutante Arnold Schwarzenegger unifica en su persona al caballero y a la bestia, mientras que Sandahl Bergman consagra la ropa interior de malla metálica como indumentaria para guerreras y ladronas.
'Conan, el bárbaro'
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El coloso europeo iba en serio. Reagan, su padrino político, lo bautizó como Conan, el Republicano en cuanto dio muestras de que la política le interesaba tanto como levantar cientos de kilos en vilo o ametrallar a un Predator. A partir de aquí, la década de los ochenta comienza a ser anómala para Schwarzenegger: sus planes alternaban los rodajes con James Cameron con el análisis de las tesis de Milton Friedman. Por la mañana, intercambiaba ráfagas de fogueo y puñetazos con unos especialistas y, por la tarde, reflexiones sobre intervenir la economía de los países del cono sur con unos economistas de la Escuela de Chicago. Una vida singular. 

Para él, aquello no era una distracción. El austriaco tenía un objetivo, y estaba formándose para lograrlo mediante un disciplinado entrenamiento. Quería ser gobernador de California. Cuando se lo comunicó al presentador Jay Leno en su programa, la prensa estadounidense descorchó el champán. La candidatura del luchador de wrestling Jesse Ventura unos años antes no era más que el aperitivo. Schwarzenegger se encargaba de servirles el primer plato.

El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, se ha llevado un varapalo en el referéndum especial, ya que los californianos votaron en contra de al menos tres de las cuatro medidas propuestas por el gobernador, según los resultados preliminares.
El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger.
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El primer apodo de los muchos que le otorgaron fue el de Governator (en lugar de “governor”, la palabra correcta, para asociarlo con su implacable Terminator). Todos los californianos sabían quién era, pero ignoraban cuáles eran sus ideas políticas. Lo más probable es que desconocieran que tenía alguna. A Schwarzenegger no le importó que se lo tomasen a broma y, como en sus películas, continuó avanzando, solo contra el mundo. Y, como en las películas, ganó él.

El 7 de octubre de 2003, Arnold fue elegido gobernador de California, el segundo extranjero en conseguirlo tras un candidato irlandés en el siglo XIX. Se mantuvo en el despacho hasta 2011. Su paso por la alta política no fue una excursión ni un cameo: llegó a convertirse en un referente liberal en el seno del partido republicano, en oposición al ala reaccionaria que conformaba Trump. 

Arnold Schwarzenegger, con la espada de Conan, en su mensaje a Trump.
Arnold Schwarzenegger, con la espada de Conan, en su mensaje a Trump.
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Sus políticas fiscales eran del gusto de los conservadores, pero su sensibilidad social no desagradaba en absoluto a los demócratas, con lo que Arnold no tardó en verse acomodado en la Casa Blanca, pese a que su nacionalidad se lo impide. “¿Que si me presentaría en 2024 a las elecciones? Absolutamente”, afirmó recientemente. No sería la primera vez que Schwarzenegger se sale con la suya contra todo pronóstico.

El suyo es uno de los casos más evidentes en los que el mundo de la interpretación y el de la política se han dado la mano. Pero no es el único. Ni siquiera, el de mayor relevancia. Los hay que han sido grandes actores y políticos de segunda fila, como Clint Eastwood; actores olvidables y políticos de primera orden, como Zelenski; los que, como Schwarzenegger, han mantenido el equilibrio para bien; y los que, como Toni Cantó, lo han hecho para mal. Veamos algunos ejemplos.

Ronald Reagan (1911-2004)

Sus dos legislaturas, su ascendencia, aún hoy, en el partido republicano y su firme oposición a cualquier idea lejanamente progresista han provocado que, del Reagan actor, cada vez quede menos recuerdo. Y puede que, en esta Damnatio memoriae, quien salga ganando sea el Reagan presidente.

Nick Nolte, compañero de Ronald en su primera profesión y devoto detractor en la segunda, lo definió como “un presidente que no era bueno y un actor que era pésimo”. Con todo, Reagan compartió pantalla con Bette Davis, Bogart, Lee Marvin o Angie Dickinson. Las películas que protagonizó, eso sí, forman parte de su legado negativo, junto a sus tiempos como chivato aventajado del Macartismo o a su padrinazgo de los Muyahidín. 

Ronald Reagan con Bette Davis
Ronald Reagan con Bette Davis
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Eva Perón (1919-1952)

Hay un punto de contacto entre Evita y el cine que no incluye a Madonna pidiéndole a Argentina que no llore por ella. Cuando sus años en la Casa Rosada aún quedaban muy lejos, la primera dama fue actriz. El diario La Crítica celebró su debut sobre las tablas con unas palabras que podrían aplicarse, con el paso del tiempo, a su carrera en política: “Muy correcta en sus breves apariciones”. 

A finales de la década de los treinta, Eva Duarte cambió el teatro por el cine y se dejó ver en películas como ¡Segundos fuera! O Una novia en apuros. Luego, se casaría con Juan Perón, se transformaría en Evita, fundaría un partido, moriría a los 33 años e, incluso, lograría que Alan Parker hiciera algo muy parecido a una mala película.

Evita Perón fue hija ilegítima y pobre.
Evita Perón
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Silvia Pinal (1931-Actualidad)

La mexicana llegaría a la cima del cine gracias a su segundo marido, el productor Gustavo Alatriste; y a la cima de la política, gracias al cuarto, el gobernardor Tulio Hernández. Pese a que ya contaba con experiencia como actriz, Alatriste le consiguió el papel más importante de su carrera, el de Viridiana en la película de Buñuel. El aragonés repitió dos veces más con ella: en El ángel exterminador y en Simón del desierto. En política, alcanzó el estatus de primera dama de Tlaxcala y fue presidenta de un organismo estatal de planificación familiar.

Fotograma de 'Viridiana'
Silvia Pinal, en 'Viridiana'
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Clint Eastwood (1930-Actualidad)

Aunque muchos crean que sí, Clint Eastwood y Harry Callahan no son la misma persona. El segundo es un hombre hosco, retrógrado, que juega sucio y vive pegado a su mágnum. El segundo, el actor que le da vida. Y, cuando se apagan las cámaras, vuelve a ser Clint Eastwood, republicano liberal que le ha afeado a su propio partido varias de sus derivas más reaccionarias. 

Crítico con el militarismo (no ha apoyado ninguna de las guerras en las que su país se ha visto envuelto porque considera que no conciernen a los Estados Unidos), defensor del aborto y de los derechos de los homosexuales y las mujeres, Clint ha pedido en varias ocasiones el control de las armas. “¿Para qué podría querer nadie un rifle?”, se preguntó en una entrevista. Durante dos legislaturas, fue alcalde de un pequeño pueblo californiano de nombre pintoresco, Camel-by-the-sea: entre sus gestiones, estuvo la defensa del medioambiente y la construcción de una segunda biblioteca. En definitiva, un hombre venerable que interpreta a canallas

Vuelve Harry. Clint Eastwood en una escena de Harry el Sucio (1971). Las cinco películas protagonizadas por el inspector de policía Harry Callahan han sido editadas en una colección especial de DVD.
Clint Eastwood en una escena de 'Harry el Sucio' (1971) 
Warner Home Video / Reuters

Toni Cantó (1965-Actualidad)

Dos momentos en la carrera cinematográfica de Toni Cantó: su personaje en 7 vidas se parte la crisma al escuchar que Tejero ha dado un golpe de estado y, en Todo sobre mi madre, decide, de forma repentina, cambiar de sexo. Algo así ha sido su transcurso por el mundo de la política: descalabros y giros injustificados de 180º. Muy productivos para su cuenta corriente, eso sí. 

Por el momento, ha militado en Ciudadanos, UPYD, en el PP (suya fue la dirección de la estática Oficina del español, que se creó para él y desapareció tras su marcha) y, en la actualidad, es profesor en un instituto ligado a Vox, tras pasar por un canal de televisión vinculado al partido ultramontano que se hundió al poco de llegar Toni Cantó a sus platós.

Toni Cantó en la serie '7 vidas'
Toni Cantó en la serie '7 vidas'
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Volodímir Zelenski (1978-Actualidad)

Sin él, no se comprendería la política internacional del último año. El presidente de Ucrania se ha erigido como la inesperada némesis de Putin al invertir las expectativas bélicas del ruso, que esperaba que la invasión de Ucrania fuese un mero paseo militar. Zelenski ha ganado, en cuestión de meses, dos pulsos que todos daban por perdidos: el bélico y el propagandístico. Pese a ser un desconocido para medio mundo, el presidente de Ucrania ha doblegado al monumental aparato publicitario de Putin. Y, en esto, ha ayudado que Zelenski supiera cómo funcionaba, desde dentro, el mundo del audiovisual.

Porque Zelenski, aunque la engullidora guerra lo haya borrado, progresiva y comprensiblemente, de nuestras mentes, era actor y un cómico. Su género favorito era la comedia romántica, que trabajaba tanto en ruso como en ucraniano (esta lengua, en menor medida). Sin embargo, el título que mayor popularidad le dio, y responsable en gran parte de su candidatura para la presidencia, fue Servidor del pueblo, dirigida y protagonizada por él y que narraba la historia de un hombre corriente cuyas habilidades políticas lo llevaron al Palacio Mariyinski. Años más tarde, la serie se rebautizaría al anteponer a su nombre el de Zelenski, porque, en realidad, esta era su autobiografía anticipada

'Servidor de pueblo'
Zelenski en 'Servidor de pueblo'
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