Seguir la tradición y atender el negocio familiar puede ser algo hermoso... hasta que el negocio familiar es robar cadáveres y recomponerlos por trozos para tratar de crear vida en forma de monstruo. Y ésta es la -desternillante- historia que cuenta El Jovencito Frankenstein, que nació como una película de Mel Brooks (1974) y que acabó adaptada a formato de musical.

Y como además de genios en la familia Frankenstein son muy viajeros, este gran musical se estrena este martes en el el Teatro de la Luz Philips Gran Vía, con Víctor Ullate Roche (en el papel protagonista interpretando al doctor Frankenstein), Marta Ribera (dando vida a la escandalosa prometida del doctor, Elizabeth Benning), Cristina Llorente (Inga, la exhuberante asistente de Frederick Frankenstein), Jordi Vidal (Igor) y Albert Gràcia (como el monstruo), entre otros muchos.

"Los gags geniales que creó Mel Brooks siguen estando en el musical", explica Víctor Ullate, que el musical, donde el humor es el leitmotiv, cuenta "la historia de la familia Frankenstein, que después de la muerte del abuelo, se enfrenta a la ruina y al embargo de todos sus bienes. Esto llega a oídos de Frederic, que es mi personaje y tiene que ir a Transilvania a resolver los papeles de su abuelo. Allí conocerá a una serie de personajes que le irán metiendo en ese mundillo y acabará haciendo su propio monstruo. Lo que pasa es que se le escapa... y hasta ahí puedo avanzar".

Víctor Ullate Roche no hizo lo que Frederic, que "rehuye de su apellido, que le condena y le vale burlas". Ullate recuerda "ver bailar a mi padre cuando tenía siete años y eso te atrapa, aunque yo seguí mi propio camino porque yo no me dediqué sólo a la danza, sino a la interpretación y al musical también".

A su lado tiene en el escenario a Marta Ribera, una de las más grandes actrices (de musical y de fuera de él) que ha dado nuestro país. Ella destaca el valor del montaje que se ha hecho en España, frene a los que ya se han visto (lleva representándose desde 2007) en Broadway (Nueva York)o en el West End londinense. "No es una fanquicia, el adaptador y director [Esteve Ferrer] ha cogido el espectáculo y sin salirse de la historia ha podido meter mano para adaptarlo al público de aquí y al elenco con el que cuenta", avanza, puesto que el musical incluye muchas referencias a la actualidad y la realidad española.

El propio Ferrer explica que fueron "muchas horas de trabajo, con la película por un lado, el guión original en inglés en otro lado, el guión del musical en inglés al otro, y en medio una traducción literal al español. Y con toda esa información trabajé. Primero con la adaptación de las letras, porque hay que buscar las rimas, las métricas, que encajen... que sigan contando una historia, que suene a castellano, y después con el texto hablado. Es un proceso que acabó apenas dos días antes del estreno, cuando el director cerró "la versión definitiva, cambié la última frase y eso que empecé a trabajar en enero".

La filosofía de Ferrer es divertirse trabajando. "Yo juego, para mí los actores son como tener 20 clicks de Famóbil y me divierto con ellos, porque han sido unos clics maravillosos. He sido un niño chico con esta gente que se ha dejado hacer de todo sin quejarse". Y esa diversión se nota en el resultado final de este enérgico y espectacular musical, donde la escenografía "es espectacular, es impresionante, con elementos móviles, pirotecnia.... Es un concepto muy moderno y muy diferente al que he visto en otros montajes de El Jovencito Frankenstein", valora Ullate.

El musical es una producción de LestGo Company, que cuenta en su haber con montajes como The Hole, Dirty Dancing o La Familia Addams.