Quiso llevarle a la cárcel un queso a Puigdemont

Una mujer catalana, que vive a dos horas, se ha acercado hasta la cárcel de Neumünster para dejar esta carta en el buzón de Carles Puigdemont. Pero no puede visitarlo. El expresident dispone solo de dos horas al mes para visitas, las de los abogados aparte. Hoy se ha visto con Bernd Lucke, exdirigente de la xenófoba, ultranacionalista y euroescéptica Alternativa para Alemania, aunque ahora preside su propio partido. Puigdemont mata las horas leyendo libros en inglés en una de las 44 celdas previstas para presos preventivos. Entre 7 y 9 metros cuadrados, cama individual, pupitre, baño y televisor. Su abogado, Jaume Alonso-Cuevillas, se muestra cansado, pero con trabajo por delante. La Fiscalía de la Audiencia Nacional recaba información sobre los cuatro hombres que acompañaban a Puigdemont cuando fue detenido en la gasolinera de Alemania: dos Mossos d'Esquadra de permiso; su amigo empresario, Josep Maria Matamala; y otro amigo, historiador. Investigan si han cometido un delito de encubrimiento.