Un ex oficial de policía mantuvo este lunes secuestradas a 25 personas en un autobús turístico en Manila (Filipinas) durante más de doce horas. El secuestrador ha muerto tras un tiroteo con las fuerzas de seguridad filipinas, informaron fuentes policiales. Un portavoz de la Policía ha indicado que al menos siete rehenes murieron y hay varios heridos entre las personas que permanecieron en el interior del vehículo durante todo el secuestro.
DENNIS M. SABANGAN / EFEEl ex policía abrió fuego con su fusil ametrallador M-16 cuando los miembros de las fuerzas de seguridad llevaron a cabo el primer intento de penetrar en el vehículo, ubicado cerca de la plaza Rizal, uno de los lugares más visitados de la capital filipina. Cerca de una veintena de agentes se situaron a ambos lados del vehículo y a mazazos rompieron la luneta delantera al mismo tiempo que trataban de forzar las puertas.
DENNIS M. SABANGAN / EFEVarios policías intentan acceder al vehículo secuestrado por un ex oficial de policía en Manila, Filipinas. El ex oficial murió tras un tiroteo con las fuerzas de seguridad filipinas, informaron fuentes policiales. Un portavoz de la Policía indicó que al menos siete rehenes murieron y hay varios heridos entre las personas que permanecieron en el interior del vehículo durante todo el secuestro.
ROLEX DE LA PENA / EFEDos negociadores de la Policía filipina (i y d) conversan con el secuestrador (c) de un autobús en Manila (Filipinas).
VAL HANDUMON / EFEUn rehén saluda desde la puerta del autobús secuestrado en Manila (Filipinas). El ex policía filipino Rolando Mendoza secuestró el autocar con unos 25 turistas extranjeros, de los cuales una veintena eran hongkoneses, para exigir su readmisión en el cuerpo del que fue expulsado por diversos delitos.
VAL HANDUMON / EFEUn rehén filipino huye del autocar secuestrado en Filipinas. La Policía identificó al sospechoso como Rolando Mendoza, un antiguo inspector con el grado de capitán que fue apartado del cuerpo en 2008 tras verse implicado en un turbio asunto de robo, extorsión y tráfico de drogas.
ROLEX DE LA PENA / EFE