El Ayuntamiento de Barcelona realiza alrededor de 350 mediciones sonométricas en locales al año. Además, hace unas 1.500 inspecciones anuales contra la contaminación acústica para dar respuesta a las quejas de las ciudadanos, tiene instalados 92 equipos de medición de los niveles sonoros en diferentes puntos del espacio público y en el periodo 2015-2017 instaló limitadores en 2.166 conciertos.

Son datos que ha dado a conocer el Consistorio con motivo de la Semana Sin Ruido, que ha empezado este lunes y terminará el próximo domingo, y que se celebra coincidiendo con el Día Internacional del Ruido, que será este miércoles 25 de abril. Su principal objetivo es concienciar a la ciudadanía sobre la contaminación acústica pero también se pretende reivindicar los sonidos como patrimonio ambiental que describe el carácter del entorno.

Para ello, durante estos siete días están programadas varias actividades, entre las que se encuentran talleres que permiten hacer mediciones de ruido con un sonómetro en una zona con una gran concentración de vehículos y en otra más tranquila. También se puede participar en las rutas Barcelona Sona, que invitan a descubrir sonidos de la ciudad que con frecuencia quedan escondidos tras el del tráfico, como el de una fuente o el de una campanada.

Además, se ha organizado una campaña de sensibilización contra el ruido de los vehículos en diferentes puntos de la capital catalana, que pretende que los propietarios de motocicletas y ciclomotores, sobre todo, tomen conciencia.

En 2018 el Ayuntamiento tiene previsto actualizar el Mapa del Ruido, que se renueva habitualmente cada cinco años –el último data de 2012–, sigue la directiva de la Unión Europea y sirve para concretar políticas contra la contaminación acústica. Este recoge datos sobre el ruido en diferentes franjas horarias, sobre su origen y sobre los niveles sonoros a los que está expuesta la población, entre otros.

A partir del nuevo mapa y de las conclusiones del grupo de trabajo Soroll i Salut de Barcelona, que se creó el año pasado, el gobierno municipal de Barcelona actualizará también el Plan de Reducción de la Contaminación Acústica.

Unas farolas que modifican la iluminación de la calle en función del ruido y del movimiento son una de las siete propuestas presentadas al primer concurso de ideas para el ahorro y la eficiencia energética de la ciudad de Lleida.