Según ha indicado la Policía Nacional en una nota, los denunciantes manifestaron falsamente ser víctimas de diferentes modalidades delictivas, tres de ellos robos con violencia, un robo con fuerza en vehículo y el último de ellos un delito de hurto.

Los investigadores comprobaron que dichos delitos nunca ocurrieron, siendo denunciados hechos inexistentes o alterando la verdad de lo sucedido y dando apariencia delictiva a simples extravíos, con el único objetivo de lograr que sus respectivos seguros se hicieran cargo de las indemnizaciones contratadas en el supuesto de determinados hechos delictivos.

La Policía ha recordado que las consecuencias para el defraudador no son menores, ya que tras serles imputado un delito de simulación de delito y estafa, en caso de llegar a cobrar el dinero del seguro, deberán afrontar el consecuente procedimiento judicial que normalmente concluye con una multa varias veces superior al lucro logrado, e incluso con pena de prisión dependiendo de la gravedad de los hechos.