Según ha indicado la Benemérita en una nota, la investigación se inició el pasado día 11 de octubre tras conocer, a través de una estación ITV, las anomalías detectadas en el número de identificación de un vehículo presentado a inspección periódica.
Tras examinar el vehículo, los agentes comprobaron que el número de bastidor que portaba presentaba indicios de manipulación y que correspondía a otro turismo de la misma marca y modelo, propiedad del gerente del desguace, que había quedado inutilizado tras sufrir un siniestro vial, al que le había sido recortado dicho número para injertarlo en el turismo inspeccionado.
Asimismo, se verificó que el vehículo original, con el fin de acogerse su titular registral al plan PIVE, encontrándose en buen estado de uso, había sido entregado en el desguace para gestionar su baja definitiva en el Registro de Vehículos de la DGT, trámite que requiere su descontaminación y emisión del correspondiente certificado de destrucción por un centro autorizado.
Según ha indicado la Guardia Civil, este tipo de acciones no son una práctica habitual a pesar de que podrían ser realizadas por cualquier Centro Autorizado para la Destrucción de Vehículos, pues son los que cursan las bajas de los vehículos de forma telemática. Sin embargo, hay que tener en cuenta, no solo los supuestos delitos de falsedad y estafa, sino el riesgo para la seguridad vial, al poner en circulación un vehículo que ha sido dado de baja, normalmente por tener demasiada antigüedad o haber sufrido algún accidente.
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