Encerrona a la alcaldesa en Sanfermines

  • La alcaldesa de Pamplona suspendió parcialmente la procesión de San Fermín
  • Los servicios de información advirtieron de protestas en las calles
  • Abucheo general contra el nuevo Ayuntamiento de UPN-PP
 

MANUEL MARTORELL

A la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, le esperaba una encerrona al final de la procesión de San Fermín, uno de los actos más importantes de las fiestas. Esta procesión se celebra el 7 de julio tras la solemne misa en honor del santo patrono.

El Ayuntamiento en pleno, precedido por la comparsa de Gigantes y Kilikis, Dantzaris, Timbaleros, Maceros, Banda Municipal y representantes de las Peñas de Mozos se dirigen desde la iglesia de San Lorenzo hasta la Catedral de Pamplona.

A las puertas del principal templo pamplonés, el Cabildo Catedralicio sale a recibir a la Corporación Municipal. En ese momento, dantzaris y gigantes bailan al son de gaiteros, txistularis y Banda Municipal mientras tocan todas las campanas de la Catedral.

Ayer, 7 de julio, este simbólico encuentro no fue posible debido a las protestas por la situación política creada en el Ayuntamiento de Pamplona. Los servicios de información de la Policía Municipal advirtieron a la alcaldesa de UPN-PP que en la calle Curia, a solo unos metros de la Catedral, le esperaba una sonada protesta contra su persona y contra la forma en que se ha constituido el Consistorio Municipal.

Esta es la razón por la que Yolanda Barcina, de acuerdo con las autoridades eclesiásticas, decidió ayer suprimir la mitad del recorrido de la procesión y darla por concluida cuando la corporación municipal llegó a la altura del Ayuntamiento.

Hasta ese lugar, la principal autoridad municipal estuvo férreamente protegida por un cordón policial. Esto no impidió que a Yolanda Barcina le llovieran todo tipo de insultos, desde “¡Vete a Burgos!”, de donde es originaria, hasta “¡Fascista!” e incluso “¡Puta!” y “¡Marrana!”. Por las calles se podían ver cientos de octavillas y una gran pancarta colgada de los balcones llevaba esta leyenda: “¡San Fermín, llévate a Barcina a la hornacina!”.

Cuando la Corporación Municipal decidió dar por finalizada la Procesión y se retiró al interior del Ayuntamiento, la alcaldesa fue despedida con un generalizado abucheo a los gritos de “¡Fuera, fuera!”, en medio de una salva de pitidos y también junto a algunos aplausos. La “bronca” se intensificó cuando la propia Yolanda Barcina salió a despedir a los presentes desde el balcón municipal .

Esta protesta es el reflejo del clima político creado en la Vieja Iruña tras las últimas elecciones municipales. A diferencia de las dos anteriores legislaturas, el partido UPN, que en Navarra representa al PP, ha quedado en minoría tanto en el Ayuntamiento de Pamplona como en el Gobierno de Navarra.

En la ciudad se esperaba que el PSOE cumpliera su promesa de cambio realizada durante la campaña electoral y apoyara a Uxue Barkos, de la coalición nacionalista Nafarroa Bai (Navarra Sí), para la Alcaldía. Sin embargo, el PSOE, que quedó en tercer lugar tras UPN-PP y Nafarroa Bai, decidió abstenerse, haciendo así que la Alcaldía vuelva a estar en manos del PP.

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