El estudio previo, elaborado por la Diputación, ha constatado tres problemas que afectan a «la seguridad del tráfico». El primero de ellos radica en la intensidad de la circulación. Este acceso figura como uno de los más importantes a la capital, por detrás de Sabino Arana, Enekuri y Santo Domingo.

La velocidad de los vehículos que pasan por la zona es otro de los inconvenientes, mientras que la falta de visibilidad es el otro gran problema denunciado por los conductores. Para solucionar estas dificultades, el proyecto prevé ampliar los carriles que forman el nudo circulatorio y colocar un semáforo en la glorieta.

Así, la rotonda, ahora con dos carriles, tendrá tres, mientras que su acceso desde el puente se ampliará de uno a dos carriles. De esta manera se evitaría el tapón que se forma al entrar a Bilbao desde la A-8. La bajada a Bolueta, asimismo, tendrá un carril más, lo que obliga a construir un voladizo de hormigón.

El proyecto, presupuestado en 553.000 euros, también establece la colocación de un semáforo en la intersección hacia Bolueta y Atxuri. Actualmente, la falta de la señal impide a los vehículos salir de la rotonda con seguridad.

La variante de Ibarsusi, en el aire

La variante de Ibarsusi, una autovía que debía conectar el acceso por Miraflores con la carretera hacia Galdakao, se ha quedado en el aire. Aunque la Diputación, quien debería construir la carretera, tiene previsto la elaboración del plan, el Ayuntamiento bilbaíno no la ha incluido dentro de los planes urbanísticos, según dio a conocer el área de circulación. Esta nueva vía evitaría que el tráfico pasara por Bolueta al entrar a Bilbao.