Así, desde que se aprobó esta normativa estatal, son muchos ya los que desisten de beber alcohol durante las comidas o, simplemente, catan el vino, lo degustan en dosis moderadas y luego se llevan a sus casas el que les sobra, ya que lo han pagado.
Para no superar la tasa de alcoholemia en los numerosos controles que hay ya por toda la ciudad, sin renunciar al placer de tomar una buena copa de vino, los restaurantes de Alicante han implantado un método que ya se practicaba desde hace años en países extranjeros.
Según el presidente de la Asociación de Hosteleros de Alicante, José Francisco Izquierdo, ningún restaurador del centro de la ciudad se niega ya a que los clientes "se lleven a casa el vino que les sobra", asegura.
Izquierdo dice, además, que incluso se ha creado un embalaje especial para llevar el vino, disponible en varios establecimientos.
El conocido restaurante Nou Manolín emplea para estas ocasiones una de las bolsas diseñadas especialmente para transportar botellas de su vinoteca, Devins.
Botellas más pequeñas
José Francisco Izquierdo, presidente de la Asociación de Hosteleros de Alicante, afirma que, tras la implantación del carné por puntos, ha aumentado la demanda de los tamaños pequeños de vino en detrimento de las botellas de 3/4 de litro. Así, cada vez es más común que los clientes demanden botellas de medio litro de vino o incluso de 3/8 «si se trata de una pareja», dice Izquierdo. Es otra manera de disfrutar de esta bebida alcohólica sin dar positivo en los controles ni perder puntos, simplemente controlando un poco el consumo en los lugares clásicos para beber: bares y restaurantes.
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