JUAN FERRARI. PERIODISTA
OPINIÓN

Los deberes económicos de Rajoy

Juan Ferrari
Juan Ferrari
20 minutos
Juan Ferrari

Es un clásico del periodismo español. Cada vez que toma posesión un nuevo gobierno, los medios de comunicación recuerdan las asignaturas pendientes a las que deberá dar respuesta a lo largo de la legislatura. Especialmente importante, en el caso de los deberes de entidad económica.

Esta ocasión no iba a ser menos. Sin embargo, a diferencia de anteriores ejecutivos, el recién estrenado se encuentra con un desafío por encima de cualquier otro: conseguir convencer a la oposición, amiga y enemiga, de que las propuestas que va a llevar al Congreso son las necesarias realmente para mejorar el bienestar de los votantes de todos los partidos del arco parlamentario.

Esto convierte la lista de los deberes en una incógnita difícil de despejar.

Mariano Rajoy ha aclarado por activa y por pasiva que las medidas adoptadas durante los cuatro años de su anterior mandato han sido las adecuadas y no quiere dar marcha atrás, especialmente si estos cambios demandados por la oposición se derivan, no de la necesidad y la razonabilidad, sino de "prejuicios ideológicos".

El presidente ha expresado  su voluntad "infinita" al diálogo. Sin embargo, parece que lo ha hecho más de palabra que de obra. Declarar su indisposición a modificar sus grandes reformas, incluida la laboral o la fiscal –que ha supuesto una merma de recaudación de al menos 9.000 millones de euros– no sienta un buen precedente y pone en duda su deseo real de aunar voluntades.

Además, la continuidad del núcleo duro del área económica del Gabinete –con la repetición de Fátima Báñez en los quehaceres laborales, Cristóbal Montoro en los presupuestarios y fiscales y Luis de Guindos al frente de las directrices macroeconómicas– tampoco permite confiar en una modificación de la orientación económica que solicita la oposición para acordar pactos y conceder los apoyos necesarios que garanticen la gobernabilidad del país.

Mariano Rajoy y el Partido Popular en su conjunto han demandado de la oposición, y especialmente del Partido Socialista, lealtad institucional y sentido común. Y lo han pedido con toda la razón del mundo.

Pero como ha recordado en numerosas ocasiones el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, también el presidente del Gobierno debe ceder. Proponer grandes pactos de Estado es necesario, pero no suficiente. El Gobierno del PP no solo debe acordar lo que está dispuesto a acordar, debe también entrar a negociar las peticiones de la oposición. Quid pro quo.

Así pues, la mayor asignatura del nuevo Gobierno es evitar establecer "las líneas rojas" de las que ha acusado reiteradamente a otros.

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