PILAR BELLO. PERIODISTA
OPINIÓN

Carta a Federico Trillo, exministro de Defensa

Pilar Bello
Pilar Bello
20 minutos
Pilar Bello

Señor Trillo, espero que su mayordomo en la embajada le haga llegar esta carta a su bonita residencia londinense, tan cercana a Buckingham Palace y a Hyde Park, supongo que conseguida como pago a los servicios prestados a la patria mientras fue ministro de Defensa.

El Consejo de Estado, por unanimidad, ha reconocido algo que todos ya sabíamos, usted mejor que nadie, que el Yak-42 en el que murieron 62 militares españoles nunca debió volar. Todavía recuerdo sus palabras de entonces: "Era un buen avión, estoy deseando que se esclarezca la verdad", decía indignado ante quien se cuestionaba la actuación de su ministerio en aquellos momentos tan dolorosos de finales de mayo de 2003. Pues aquí tiene la verdad, señor Trillo, "el accidente pudo haberse evitado si estos [los responsables del Ministerio de Defensa] hubieran cumplido con su deber de velar por las condiciones en que viajaban los soldados", subraya el dictamen, según ha publicado el diario El País.

"Esto ocurrió hace muchísimos años, ya está sustanciado judicialmente", dijo ayer sin inmutarse Mariano Rajoy, que, como siempre, no sabía nada. "Insultan a los muertos que mataron, aquello no fue un accidente", oí ayer decir al padre de uno de los militares fallecidos. La emoción todavía contenida, casi 14 años después, y con un reproche para usted, señor Trillo: "Mi hijo no ha vuelto a casa por Navidad".

La chapuza de las identificaciones de los cadáveres llenó los velatorios de impotencia y añadió lágrimas de rabia a las de un dolor ya lacerante. Se entregaron a las familias restos que a veces no correspondían a sus seres queridos para llegar a tiempo al funeral de Estado, donde todos ustedes lucieron sus ensayadas y compungidas caras de duelo. Varios de los militares fueron enterrados o incinerados sin que se acreditara correctamente su identidad. Pero no pasó nada, a usted se le agradecen sus desvelos y mentiras con un retiro dorado a orillas del Támesis. No solo a usted, "todos los cargos del PP vinculados con la catástrofe fueron premiados", denuncia Curra Ripollés, hermana de uno de los fallecidos.

Una duda me corroe, señor Trillo: ¿nunca sintió vergüenza?, ¿algún tipo de remordimiento? Quiero pensar que sí. Un consejo, si me lo permite: si finalmente le cesan de su destino inglés, váyase sin hacer ruido, deje que las víctimas restañen sus heridas con esta pequeña victoria.

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