ISASAWEIS. ESCRITORA Y BLOGGER
OPINIÓN

No voy a hablar de grandes momentos

Isasaweis, colaboradora de 20minutos.
Isasaweis, colaboradora de 20minutos.
ISASAWEIS
Isasaweis, colaboradora de 20minutos.

Hace tiempo leí que al final de nuestra vida nos daremos cuenta de que lo importante no son los años vividos sino los momentos acumulados, y decidí que viviría así la mía, coleccionando instantes. No voy a hablar de grandes momentos, solo de pequeñas cosas...

Guardo un reír a carcajadas en un tren, con la historia de una primera cita donde había una bañera, un tipo desnudo, una bandeja y una mujer que no daba crédito.

Guardo una mañana en un teleférico porque había que superar el respeto que me daba. Guardo el volar, el sonreír, el perder el miedo y el ganar muchas otras cosas.

Guardo un instante de pie en una calle, un bordillo por debajo de quien me abrazaba. Guardo caricias con los ojos cerrados y la sensación de convertir una tarde con sol en una noche de estrellas.

Guardo un sushi acompañada en una terraza con vistas. Guardo risas, confesiones y consejos, de un grupo de gente al que supe que quería como si hiciera años que la vida me lo hubiera presentado.

Guardo un amigo y dos vinos, y un "no te creas que eres la más fuerte del mundo". Guardo también un desayuno rápido que nos dejase tiempo a un paseo por el parque.

Guardo un abrazo con tacones que me esperaba en una estación de tren. Guardo cenas, charlas, y tantas risas que nos dieron hasta para llevarlas a una noche de hospital.

Guardo yuca hervida, arroz con frijoles y crema de verduras de la casa. Pero sobre todo guardo un brunch con huevos benedictine.

Guardo un cuerpo tembloroso que encontró consuelo en mis brazos en una feria del libro. Guardo miles de lágrimas de alegría, cientos de abrazos y decenas de secretos.

Guardo una declaración de intenciones a dos compañeros. Guardo el recuerdo de ese día en el que se hicieron un poco más amigos y 465 km para venir a verme.

Guardo un primer beso, que no fue el primero ni el último, pero que llegó en un momento de esos en los que las cosas que llegan se quedan. Guardo aquella noche en un pub en la que supe que en realidad sobraba más gente que toda la que allí había.

Guardo los días de escaparme a escribir. Guardo el hacerlo entre amigos, pos-it en el portátil y alcachofas confitadas.

Guardo dos pares de manitas entre las mías. Guardo besos y abrazos interminables, y la promesa de echarse de menos cada día separados.

Guardo una habitación con vistas de 360º y unos recuerdos confusos que no sé qué tuvieron de vividos o soñados. Guardo los blancos y negros, y el deseo intermitente de convertirlos en grises.

Guardo una feria de abril repleta de rebujitos y clases de sevillanas. Guardo fotos, amigas y carcajadas, pero sobre todo guardo la felicidad recuperada.

Guardo ahora las sonrisas que este texto me ha sacado... y os regalo con cariño las que espero os haya provocado.

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