Los 72 diputados independentistas de JxSí y de la CUP han finiquitado julio actuando como un bloque sólido y sin fisuras que ha aprobado lo que se considera el primer acto de desobediencia del Parlament, que según el texto acabará en un referéndum unilateral para desconectar de España, y que supone el primer reto rupturista para el Constitucional.

Empezó repartiendo juego la presidenta del Parlament, Carme Forcadell que tomó partido y pasó la pelota al pleno de la Cámara. Con esta jugada, se pudo escenificar claramente la unidad de acción de los diputados de JxSí y de la CUP que reclamaron introducir en el orden del día la votación de las conclusiones del proceso de ruptura. A partir de aquí todo previsto: agrio debate, tensión, amenazas... hasta llegar a la votación que acabó también con la más que previsible aprobación de las conclusiones ya que los diputados soberanistas tienen mayoría en la Cámara. Y el Parlament desobedeció al TC. Un paso más dentro del guion ya que horas antes el president Puigdemont anunciaba la fecha para debatir la cuestión de confianza, el 28 de septiembre. La unidad independentista está garantizada hasta entonces. Y una vez superada la cuestión de confianza empezará el baile para negociar los presupuestos.

Pero eso ya cuando pase Septiembre.