El actor Mario Casas: el bífidus activo que provoca desvelos

  • A los 8 años se introdujo en la barahúnda de los casting infantiles y la publicidad.
  • Hoy pasea su cuerpo esculpido por las series y filmes más exitosos del momento.
Mario Casas, protagonista de '3 metros sobre el cielo'.
Mario Casas, protagonista de '3 metros sobre el cielo'.
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Mario Casas, protagonista de '3 metros sobre el cielo'.

Ocurre cada lunes desde el pasado 17 de enero. Probablemente hoy también suceda. Esos días, a las 21.55 horas, dos millones y medio de personas, el 90% de ellas mujeres, presentan síntomas motores propios de un cuadro leve de ansiedad. Se trata de un dulce desasosiego que les empuja a levantarse de la mesa como una exhalación y comenzar a retirar platos y servilletas e, incluso, el mantel, antes de que el resto de comensales hayan terminado la cena; o a mirar compulsivamente el reloj y a responder con monosílabos si sospechan que la conversación telefónica que les ocupa puede alargarse más de unos minutos. En aquellos casos en los que aún no han llegado al hogar, apresuran el paso y la respiración es entrecortada mientras sienten un oleaje elíptico en el abdomen (en el ascensor, el vaivén se convertirá en cosquilleo). Al entrar en casa, brindarán un beso distraído a quien les espera antes de inspeccionar la sala para encontrar el mando del televisor. Entonces manosearán el dispositivo. Con pulso tembloroso, a las 10 en punto de la noche, apretarán el tercer botón.

A Mario Casas, 24 años, no le amedrentan los miles de ojos que le acechan cada semana. Desde la pantalla- ¡ay!- dibuja una sonrisa de labios apretados y mira de abajo arriba, seductor. De esa forma es previsible que conquiste pronto a Ainhoa, la hija del capitán en la ficción que ambos protagonizan, pese a que ella sea una chica dura. Entretanto la audiencia, o parte de ella, se revuelve nerviosa en el sofá. ¿Qué ha sido eso? ¿Un escalofrío? ¿Un latido acelerado?¿Sofocos? Desde un punto de vista bioquímico, estas manifestaciones no revisten gravedad aunque el cerebro haya disparado una ráfaga hormonal y salvaje. Eso sí, si Casas se desprende de la camisa –y esto es algo que hace con frecuencia por exigencias del guión- ningún experto garantizaría a los televidentes ni su seguridad ni su cordura.

Una carrera precoz

Fue su madre quien le metió a los 8 años en el mundo de los casting por indicación de unas amigas. Para entonces, la familia Casas ya había dejado su Coruña natal y se había instalado en Barcelona. "Cuando has hecho cien casting, ya no te pones nervioso", ha explicado el actor. Él tuvo suerte y no le costó mucho participar en anuncios e, incluso, en una tertulia infantil de Crónicas Marcianas: "No quiero tener mujer porque son unas pesadas", explicaba con aplomo al público de Javier Sardá cuando tenía sólo 10 años.

A los 17 se marchó a Madrid para estudiar interpretación en la escuela de Cristina Rota. Desde entonces, ha trabajado en varias series (Obsesión, Los hombres de Paco o, actualmente, El Barco), ha protagonizado grandes éxitos cinematográficos dirigidos al público adolescente como Fuga de Cerebros (ahora prepara la segunda parte) o 3 metros sobre el cielo, es considerado el hombre del momento y ha repartido simpatía y un sex appeal tosco e irresistible en entrevistas y platós.

Reconoce que, de un tiempo a esta parte, su vida ha cambiado de forma radical: "He conocido a tanta gente… Mis amigos de toda la vida flipan", revela con sencillez. Pero la fama también tiene sus contrapartidas: "Casi no puedo salir de noche, se te arrima mucha gente por interés". Antes trasnochaba más. Siempre le ha gustado la fiesta, bailar y "hacer el cabra".

Además, el mundo de los actores puede llegar a ser "egoísta y egocéntrico".

Su familia es su apoyo. Por ahora, no siente ningún deseo de independizarse. Su madre le cuida, le prepara la dieta de pollo y arroz que debe consumir para mantener sus músculos a tono y escucha sus preocupaciones. También le gusta estar cerca de sus tres hermanos, dos de los cuales pertenecen a la profesión (el menor trabaja en Aguila Roja). Sólo cuando se eche novia formal –algo de lo que ahora no tiene tiempo- pensará en volar del hogar paterno.

Romántico, muy romántico

El actor de moda asegura que cuando se enamora, siente que ese amor va a ser para toda la vida. Y, aunque es difícil de creer, niega que tenga una novia en cada puerto.

Aunque admite que la fama le ha ayudado a ligar más, también le ha hecho desconfiar de las mujeres que se le acercan. Durante un tiempo se le relacionó sentimentalmente con Amaia Salamanca y antes salió con la actriz Erika Sanz. Además, los paparazzi le sorprendieron en una noche loca con la cantante Bebe. Los rumores le han emparejado además, en alguna ocasión, con Blanca Suárez y Clara Lago. Él lo lleva con deportividad.

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