Dimite un ministro de Berlusconi acusado de espionaje por la prensa italiana

El escándalo sigue salpicando al gobierno del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, a menos de un mes de las próximas elecciones.  El ministro de Sanidad italiano, Francesco Storace, formalizó ayer su dimisión a pesar de que Berlusconi quería detenerla. Storace anunció el viernes su dimisión después de que el pasado jueves un diario revelase que podía estar implicado en un caso de espionaje a sus rivales políticos en las elecciones regionales del Lazio del año pasado.
El gobierno de Berlusconi no pasa por su mejor momento
El gobierno de Berlusconi no pasa por su mejor momento
Reuters
El gobierno de Berlusconi no pasa por su mejor momento

El ya ex ministro ha rechazado en todo momento las acusaciones y ha declarado hoy que está dispuesto a renunciar a la inmunidad parlamentaria si los jueces le llaman a declarar.

Poco antes de formalizar la dimisión, Berlusconi dijo que si el partido de Storace, la derechista Alianza Nacional, aliada del primer ministro, estaba de acuerdo, él no aceptaría la dimisión.

Berlusconi asume la cartera

Mientras tanto, el propio Berlusconi ha asumido la cartera de Sanidad en funciones, algo que no ha dejado de ser criticado por la oposición ya que entiende que existe una situación de emergencia debido a la gripe aviar. "La decisión de Berlusconi de asumir en funciones el Ministerio de Sanidad es una elección gravísima e irresponsable con la emergencia de la

gripe aviar a la que hay que hacer frente", dijo Alfonso Pecoraro, presidente de los Verdes.

Mientras, Berlusconi ha intentado quitar hierro a ambos asuntos culpando a los jueces y fiscales y a la prensa de un complot en contra de su Gobierno.

El líder de la oposición, Romano Prodi, ha declarado que estos casos demuestran un fin de legislatura "verdaderamente catastrófico".

Manifestaciones antifascistas

Por otro lado, una violenta manifestación antifascista celebrada hoy en Milán ha concluido con 45 detenidos y 16 heridos, según la versión facilitada por la Policía italiana.

Unos trescientos jóvenes participaron en la manifestación, que no tenía autorización de los tribunales, y estaba convocada por el movimiento de centros sociales para protestar contra otra marcha de la fascista Llama Tricolor, prevista para la tarde en Milán, ésta sí autorizada.

Los manifestantes -que acudieron provistos de cascos, bastones y tenían el rostro cubierto- se enfrentaron con las fuerzas antidisturbios, quemaron automóviles y destrozaron las fachadas de varios inmuebles.

16 heridos leves

La protesta concluyó con la detención de 45 de ellos que fueron conducidos a dependencias policiales y con 16 heridos leves, entre ellos algunos agentes.

Los incidentes violentos han sido aprovechados por los partidos derechistas aliados de Berlusconi, para culpar a Prodi de estar detrás de los hechos, en un momento en el que el primer ministro pasa por momentos de crisis.

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