Adiós a la tradición: El exceso de simplicidad que ha caracterizado hasta ahora esta estancia se transforma actualmente hacia un barroquismo discreto. Las líneas rectas y depuradas se combinan con las curvas para crear un claro contraste en el clásico mobiliario y la grifería.
Nuevos materiales: Las últimas tendencias incluyen materiales como la madera, el acero y grandes superficies de cristal como variantes del eterno azulejo. Por su parte, las paredes abandonan la sobriedad del liso y van a dar paso a la combinación de dibujos y colores fuertes y atrevidos.
Iluminación: Es uno de los aspectos más importantes de esta estancia. Las luces del techo, junto a las que acompañan los espejos, son un clásico. En concreto, el empleo de halógenos es la opción más utilizada con los nuevos y diferentes estilos.
Complementos: La cabeza de turco de esta revolución ha sido la tradicional bañera. Placentera en los cuartos de baño más amplios, ha dado paso a los demandados platos de ducha. Por su parte, el gran vencedor es el espejo; rey de la estancia, y más necesario que útil, es el protagonista de grandes diseños a favor de la luz y la amplitud. Colgar cuadros y poner alguna planta aportan calidez y frescura, ambos, elementos acordes a la revolución decorativa que vive el baño.
Todo en orden
Prácticamente todos los baños de nueva creación incorporan el mueble con lavabo empotrado. En distintos tonos y estilos, pero casi todos aderezados con un gran espejo. La originalidad de los diseños no está reñida con la funcionalidad que ofrece a los múltiples enseres que guardamos en él.
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