La intención: homenajear las recientes muertes de los dos presos de ETA. Esta manifestación, además de servir para criticar la actitud del Gobierno vasco de no permitir la celebración de ningún tipo de homenaje en su nombre, les valdría como test para medir su capacidad de convocatoria. Las muertes de Angulo y Sáiz han provocado una escalada de violencia callejera en los últimos días contra los batzokis de Sopuerta y Larrabetzu (Vizcaya) y una sede del PNV en Portugalete, también en Vizcaya.