Esos refugiados, que sobreviven agrupados desde hace 31 años en cinco campamentos ubicados en Tinduf, perdieron gran parte de sus casas y pertenencias a causa de las abundantes precipitaciones que se produjeron en esa región desértica.
Por ese motivo, la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (ACNUR) pidió a la comunidad internacional que aporte fondos "de manera urgente" de modo que pueda continuar distribuyendo su ayuda a esas víctimas.
Hasta ahora, el ACNUR sólo ha podido transportar por vía aérea a la región 20 toneladas de provisiones.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), otro organismo de la ONU que asiste a los refugiados saharauis desde 1986, indicó que si no recibe 3,6 millones de dólares (3 millones de euros) no podrá proveerles los víveres que necesitarán durante los seis próximos meses.
A ese respecto, la portavoz de la agencia, Christiane Berthiaume, dio una buena noticia al señalar que la Unión Europea ha donado 500.000 dólares (420.000 euros) para ese fin.
Berthiaume afirmó que "los refugiados viven en condiciones muy duras en el medio del desierto y dependen totalmente de nuestra asistencia para sobrevivir".
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