El trastorno aparece cuando un cónyuge envenena psicológicamente al niño para enemistarlo contra el otro, comenta José Manuel Aguilar, autor de Síndrome de alienación parental. Hijos manipulados por un cónyuge para odiar al otro.
El trauma va más allá de los comentarios maliciosos y que, según calculan desde la asociación, se dan en seis de cada diez separaciones contenciosas. A diferencia de estas maledicencias esporádicas, el proceso que desencadena el síndrome es sistemático y tan sutil que el pequeño, sin darse cuenta, acaba sintiendo como propio el odio hacia uno de los progenitores y lo ataca sin que el otro le azuce. «Lo usan como arma y acaba convertido en infantería», dice Aguilar.
Este psicólogo ha estudiado casos reales y concluye que son más frecuentes las instigadoras que los instigadores «porque el 95% de las custodias se dan a mujeres».
Los niños con el trauma son más proclives a «los trastornos de ansiedad y a las drogas y, de adultos, pueden reproducir esa violencia». La custodia compartida es la mejor prevención. En Valencia, dos de cada 10 divorcios acaban así; en Alicante, cuatro.
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