Así, la Fiscalía registró 320 causas en 2005, que suponen 61 más que el año anterior. Gisbert explica: «Muchos padres acuden desesperados y  nos piden ayuda».

En otros casos, «sólo vienen a preguntar y se piensan si poner la denuncia porque es una decisión muy dura para ellos».

Niños consentidos

En cuanto a los presuntos agresores, «no vienen de familias desestructuradas, sino que son niños consentidos y sobreprotegidos», apunta la psicóloga de la Colonia San Vicente Ferrer, pionera en poner en marcha una Escuela de Padres para progenitores maltratados.

Esta iniciativa ha dado muy buenos resultados ya que, según dicen, «hemos detectado una disminución de la conducta agresora del niño, y que los padres ya saben cómo actuar ante ellos».

La Escuela de Padres se va a implantar en todos los centros de protección diurnos y de reeducación de la Comunidad (régimen cerrado). Tanto padres como chavales recibirán sesiones individuales y en grupo.

A los adultos, les enseñarán a poner normas o elogiar las conductas de sus hijos. Y a los chavales, a corregir pensamientos erróneos, a pedir perdón... Por otra parte, Bienestar Social ha anunciado la creación de centros para niños con transtornos de conducta (con comportamientos violentos, que mienten con facilidad...).

Según la Conselleria, un 15% de los menores padece este tipo de problemas que, en el 90% de los casos, vienen por consumo de drogas o falta de habilidades sociales. A día de hoy, sólo hay uno en la Comunidad, el centro de acogida Baix Maestrat, que ya ha tratado a 40 chicos.

Los adolescentes eternos

El filósofo José Antonio Marina habló ayer sobre los mecanismos de la violencia. La sociedad es «una bomba de relojería» y hay muchos elementos que favorecen la violencia en los jóvenes como que «la adolescencia va de los 10 a los 30 años, algo que incita a la falta de responsabilidad o la sociedad de consumo». Para él, padres, profes y sociedad deben trabajar juntos».