El arzobispo de Toledo, uno de los quince nuevos cardenales nombrados por Benedicto XVI

El papa Benedicto XVI anunció el miércoles el primer consistorio de su pontificado, que se celebrará el 24 de marzo, en el que nombrará quince nuevos cardenales, entre ellos los arzobispos de Toledo (España) y Caracas.

Antonio Cañizares Llovera es arzobispo de Toledo desde 2002 y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, y coincidió con el actual Papa varios años en la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la que es miembro desde 1995.

Cañizares, que antes de ser nombrado arzobispo de Toledo se ocupó de la diócesis de Granada, es doctor en Teología y director de la Revista Teología y Catequesis.

Con él son ya nueve los cardenales españoles.

Otro de los nombramientos de signo hispano ha sido el del arzobispo de Caracas, Jorge Liberato Urosa Savino.

También recibirá el birrete cardenalicio y el anillo, símbolos de comunión con el Papa, el arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, que fue el secretario privado del fallecido Juan Pablo II.

De los quince futuros cardenales, doce tienen menos de 80 años, por lo que podrán participar en un eventual cónclave para la elección de un futuro Papa.

Benedicto XVI hizo el anuncio del consistorio al final de la audiencia pública de los miércoles, que se celebró en el Aula Pablo VI del Vaticano y a la que asistieron varios miles de fieles.

El Pontífice subrayó que mantiene la normativa fijada por Pablo VI y seguida por Juan Pablo II —aunque en algunos consistorios la derogó temporalmente— de que el número máximo de cardenales electores sea de 120.

Alabado por el alcalde de Toledo

Al saberse que Cañizares será nombrado cardenal, el alcalde de Toledo, José Manuel Molina, destacó hoy la figura del arzobispo, porque es "una persona querida y apreciada por mí y por toda la ciudad y la diócesis.

Es una persona de gran inteligencia y cercanía, y de un trabajo incansable".

Molina, preguntado por este tema tras inaugurar unas jornadas sobre solidaridad interterritorial, recordó que conoce al arzobispo desde que tuvo la ocasión de recibirle en la Puerta de Bisagra cuando tomó posesión en diciembre de 2002, "y desde entonces deseaba que fuera nombrado cardenal por Su Santidad".

Subrayó la importancia que tiene este hecho para una ciudad histórica como Toledo "que siempre ha tenido un cardenal a lo largo de su milenaria historia".

"Se ha ganado el aprecio y cariño, no solo mío sino de todos los toledanos", dijo el alcalde, quien añadió que además "Toledo, primada de España, siempre ha mantenido un cardenalato".

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